No podía jugar como los demás chicos, el asma se lo impedía. Como se pasaba las noches sin dormir y los ataques de tos eran cada vez más virulentos, la familia ensayaba diferentes formas de entretenimiento para lograr cansarlo.
En aquel tiempo la vivienda comenzó a poblarse con libros de historia, pintura, fábulas y hasta textos de filosofía: edificar mundos imaginarios lo ayudaban a olvidar el suyo propio, limitado y apenas soportable. Incluso, un médico de la ciudad, aconsejó que le permitieran avanzar hacia la naturaleza. Nada de otro mundo, pequeños intentos de sociabilidad; quizás el contacto con algunos animales podría funcionar como terapia alternativa.
El primer conejo pardo se lo regaló su padre, quien lo compró en una feria en las afueras del pueblo. Llegó a la madriguera una mañana de otoño cuando todos descansábamos y esperábamos el crepúsculo para ejercitar nuestros hábitos nocturnos. Es sabido que somos una raza fértil, por lo tanto no objetamos un detalle tan pueril como ese singular pelaje castaño. En poco tiempo convertimos la guarida en una comunidad exuberante. De vez en cuando surgen diferencias entre los machos, somos muy sensibles con el tema de la territorialidad, pero afortunadamente siempre logramos conciliar posiciones.
Pronto el chico se convirtió en una verdadera molestia, pues en cuanto se acercaba al vallado comenzaba a chillar con una excitación sorprendente. En esos momentos todos huíamos a la carrera hasta el refugio, lo que provocaba irritantes atropellos y una batahola infernal. Nos había adoptado como amigos y si bien el vínculo con el resto de la población animal es óptimo, nuestra relación con los humanos no es la mejor. Además el crío se afana por manosearnos, lamernos las patas y aullar como un poseso. No es extraño que llegáramos a odiarlo.
Últimamente emplea palabras más largas. Sin dudas la lectura ha producido grandes cambios en su vocabulario.
“Cu-ni-cu-lus”, deletreó victorioso.
Entonces me agarró de las orejas y en menos de un tris atravesé el aire. Aplastado contra su pecho soporté un besuqueo fastidioso que empapó mi sensible hocico. Mordí, gruñí pero no tuve escapatoria. Así fue como me convertí en la mascota de la familia.
¡Joder! Hubiese preferido seguir siendo sólo un conejo.
jajajaja...qué lindo, un preso más en la gran ciudad y en nombre del amor, siempre barbaridades!
ResponderEliminarMuy bueno Bee
Abrazo muy grande!
Gracias, Gaby linda!!! Las cosas que se hacen, viste?
EliminarAbrazo crujiente, Magah querida!
Yo soy asmático... voy a probar besando algún can, que son mis mascotas preferidas... luego te cuento... ¡Muy ingeniosos Bee, Felicitaciones...!!!!!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Osval!!! Y conociéndote, no te va a costar nada la besoterapia canina ;-) (como a mí)
EliminarAbrazo grande!
Ya me pasó ayer con Magah, estoy leyendo mal, lo primero que vi fue "cunnilingus" y me dije 'se zarpó la BeeBee.
ResponderEliminarBien, veo que hay dos narradores, y que uno se mete dentro del discurso del otro sin ninguna indicación, es más, me arriesgo a decir que hay tres voces, pero sería demasiado técnico. Me imagino que lo hiciste aposta.
Hay amores que matan. No me cabe la menor duda de que este relato tiene una segunda parte, cuando una mañana encuentren al chico muerto por edema de glotis, porque además del asma tenía alergia al pelo de conejo. Las psicosomáticas son así, no hay que confiarse.
Great work, my Dearest.
Keep on, I trust you!
HD
Jajaja!!! Yo sabía que iba a pasar! Y ni que hablar cuando venga Pepe... ;-)
EliminarEs que me encantó el término. Era perfecto para la terapia del chico este. No figuaa en el cuento, pero le encantaba incorporar nuevas palabras.
Y sí, con este relato intenté experimentar con varios narradores. Empezó como un juego (en el boceto) y luego traté de resolverlo en el original. El tema es que (alguien que yo conozco lo sabe bien: es negro, escribe de la hostia y se aburre si se repite) estoy con ganas de jugar seriamente y aprender jugando. Thanks for your support!
A big hug and kises for you, milord!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminarva de nuevo. Bueno, de casualidad vi lo escrito por HD y admito que leí lo mismo! Debe tener que ver con cierta fijación y con ese email que circulaba diciendo que si la primera letra y la última letra de una palabra corta están correctamente ubicadas y las demás se desordenan uno igual puede leer la palabra. cuni y us - con esa foto - OK, podría ser japonesa...:-)
EliminarSi las mascotas pudieran decidir muchas huirían de esas familias tan pesadas...
ResponderEliminarBesos.
Ni lo dudes, Xavi!!! Espero que mi perra Greta no lea este cuento...
EliminarBesos salvajes, Toro Loco!
Esa cosa de encerrar pájaros, conejos, asmáticos...
ResponderEliminarMe gusta la voz del conejo, es como muy machote.
Ojalá liberen a todos incluso al niño.
Un beso.
Jajaja!!! Me encantó tu mirada con respecto al conejo. Así lo vi yo. Muy centrado y bien macho. Vayamos entonces por la liberación de todos!
EliminarBeso enorme, Dana!
Pobre conejo... Por alguna extraña razón, el relato me ha recordado a "La gallina degollada" de Quiroga. No preguntes por qué. Extrañas conexiones que realiza a veces la mente. Un besote!!!
ResponderEliminarJajaja!!! Viste, mi amiga? Y me honras con la relación que estableciste. Horacio Quiroga fue uno de los primeros escritores que he leído. Y muchas veces lo releo. Tiene algunas cosas muy "definitorias"
EliminarBesos miles, mujer linda!
Naa, disculpe maestro Dib, pero ese se llama "idea fija"
ResponderEliminarBee, como siempre, buenisimo
Hola, guapo!!! No me digas que vos no leíste lo mismo???? Vamosssss!!! No me mientas!!! Te conozco!!! Gracias por leer, Césare! Besos zopapudos! ;-)
EliminarEs muy original la circunstancia que se te ocurrió, narrada por el conejo, un sectario fastidioso por convertirse en mascota, le arruinaría sus hábitos nocturnos ¡Epa! Eso no no es negociable!!
ResponderEliminarSorprendes siempre, BEE!!
Totalmente, Eduardo!!! hay cosas que NO se negocian!
EliminarGracias por leer, siempre!
Abrazo fuerte, maestro!
Jajajaja, el título de tu texto de hoy me ha recordado el chiste ese que dice:
ResponderEliminar- El otro día leí en el periódico: "Señora enseña búlgaro", fui y era un idioma, tú.
Bueno, "bichos" habían.
:)
Ajajja!!! Pobre... Jejeje!!! Mi hiciste reír, bro! Beso grande! :-D
Eliminar¡Qué lindo cuento! ¡Y nadie muere!
ResponderEliminarSalut, Bugs Borjas.
Viste, Rob? Esta vez fui benévola!!! Aunque pensándolo bien, me parece que al conejo no le gustó nada el destino que le tocó en suerte ;-)
EliminarSalut, my bunny!!!
Era obvio, me pasó lo mismo que a Humberto, apenas veo el título y que empieza con cuni....parece que los hombres sólo tenemos una idea fija en la cabeza. Luego supe lo del conejo y recordé a Alitas, una conejita que se la regalé a una amiga y una mañana amaneció tiesa y con cara de me morí de frío.
ResponderEliminarYo nunca tuve asma, Tampoco tuve amigos.
Un beso mai leidi (pa joder al negro).
Ohhhhhhhh!!! Pobre Alitas... Tú me tienes a mí, caramba!!!
EliminarJajaja!!! Yo te mando el saludo en alemán.
Ahí va:
mein Freund Ein Kuss und eine Umarmung
(Del Google directo)
Ouch! Coincido con Rob K, lo bueno de lo malo es que nadie muere en la historia.
ResponderEliminarHace tiempo tuve un cuyo, que no es un conejo, pero no lo tenía tan jodido como ese niño tiene al suyo.
Excelente, como siempre, Bee.
Abrazo.
Hola, Carlitos!!! Qué alegría tenerte por acá! Me alegro por tu cuyo. No hay que molestarlos tanto, pobres criaturas! Bastante con que deben soportarnos todos los días! Muchas gracias y otro abrazo enorme para tí!
EliminarConejilmente sólo me queda darle al razón al conejo en cuanto a las molestias de una forzada adopción. Pero se le escapa el riesgo de quedar en el menú.
ResponderEliminarConejo al vino tinto en salsa de champinones,recomendación del chef.
Absolutamente, Carlitos! Nada bueno sale a la fuerza ;-)
EliminarMuy buena la recomendación del chef!!!
Abrazo grande!
Es bonito que te quieran, aunque para ello te tengas que convertir en una simple mascota. Sin embargo, hay conejos que prefieren pasar por tu vida solo de visita, lo importante es saber entenderlo y no quedarse escondido en la madriguera de lo que pudo haber sido.
ResponderEliminarRiesgos... De eso se trata la historia de vivir. Ni más ni menos.
EliminarBesos porteños, guapo!
Interesante contrapié - típico suyo. Se nota que usted acostumbra correr en zig-zag. Yo una vez traje un conejo que encontré en la calle en una caja. A las dos semanas, mi hijo mayor, que también es asmático, tenía sarna. Por eso no se si un Conejito al vino blanco cura el asma, pero acompañado con un buen chablis es parte de mi filosofía actual con los conejos. Distinta es con las bunnies de Playboy. Bah, no tan distinta. Beso grande y lamento el empate! PD: aclaración, no me comí el conejo, para empezar porque tenía sarna. Terminó en una isla del Tigre. Yo lo dejé vivo...
ResponderEliminarJejeje!!! Así es, don Pepe!!! Zig-zag! Así que le da al conejo acompañado con Chablis? Y de paso una conejita del viejo Hugh...
EliminarUsted es una fiera!!!! Besos salvajes! :)
jajajajajajaja me ha encantado!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarpero que conejo tan desagradecido!!! el chico lo ama y esa es la forma de demostrarlo!
por un momento recordè a Sheldon (Big Bang Theory) cuando se le escapa el ave por la ventana y le grita: VEN ESTUPIDO PAJARO PARA QUE YO TE AME!!!
jajajajajaja
Me acuerdo de ese capítulo, Diana!!! Espectacular!!! El doctor Cooper es lo más!!! Me salió un conejo medio maldito, no? ;-)
EliminarBesos embrujados, morocha linda!!!
Quiero aclarar que no tengo ninguna "idea fija", pero leí lo mismo que unos cuantos comentaristas masculinos... ¿será la manía de leer rápido y con un golpe de ojo, que uno adquiere como bloguero?
ResponderEliminarEl cuento lo leí atentamente y me produjo ternura tanto el pobre chico como el conejo.
El chico porque no tenía una vida normal y en los libros no iba a encontrar el contacto amoroso de una piel peludita y caliente. Y al pobre conejo por verse sometido a demostraciones que no estaban en su naturaleza.
¡Muy bien relatado, Bee!
Abrazo.
Jajaja!!! Ni lo dudes! Leer on line nos quita mucho la atención. Es cierto, creo que detrás de estos dos protagonistas se esconde una buena dosis de ternura. Es todo un desafío para mí, crear personajes desde una óptica que no utilizo. Con esta historia pude comprobar en carne propia lo trabajoso que es darle "vida" a un animal e intentar hacerlo creíble.Muchas gracias y otro abrazo para vos, Mirella!
Eliminarsolo le faltó decir al conejo... ok acepto el cambio de nombre, pero coño, no me coman jajajajaja
ResponderEliminarmuy bueno.
Abrazos.
carlos
Jajaja!!! Es lo que le faltaba al pobre... Lo manosean, se lo llevan, lo convierten en mascota y quizás intenten utilizarlo como menú alternativo... ;-)
EliminarAbrazo, Carlitos!
Un roedor muy simpático Bee, creo que la originalidad está en cómo has utilizado las voces y el cambio de ellas en la historia, es increíble tu maestría, tu magia... para jugar con el lector de tal manera. Te felicito. Un abrazo con mi cariño y admiración.
ResponderEliminarEres muy generosa, querida Julie!!! Como explicaba en un comentario previo, se me hizo bien difícil crear a este ser y convertirlo en una voz junto con la del narrador. La idea era trascender esos estereotipos y lograr un vínculo creíble y con todas las dificultades que el mismo vínculo implica. Muchísimas gracias por tus palabras y mi cariño eterno! P/D: Mañana me dedico a disfrutar de tus letras (Taza de té por medio) ;-)
EliminarCuando he visto el título (me ha pasado un poco como a los chicos) he pensado; ¿Qué coño es Cuniculus, alguna variante?. Así que he pinchado y antes de meterme en la aventura de leerte hoy, me he detenido en el libro abierto de la portada, en las letras que vuelan, y en tu nombre; ¡Que bien define esa fotografía el universo de tu blog!.
ResponderEliminarNo te faltan recursos, los que todo el mundo ya ha mencionado, eres una maestra de la técnica y la creación. Cada vez que escribes nos sorprendes con una narración, si cabe, más y más, completa.
Abrazos, maestra.
Muchísimas gracias, Antonio! Ya sabes que la admiración es mutua. Es muy gratificante saber que disfrutas de este espacio, tanto como yo, disfruto de tus historias. Abrazo!!!
EliminarP/D: Me encantó eso de "Alguna variante?" ;-)
Jugar a entrar y salir de la psique de cualquier ser vivo, ser voz interna del otro lado, vestirse otra piel, humanizar y deshumanizar, animalizarnos tal vez... Cuántas cosas Bee... Y todas me llevan a lo mismo....somos tan insignificantes... Como un conejo en las zarpase e un niño asmático....Besotes amiga.
ResponderEliminarEs que de esos se trata, Mel. Tendemos a clasificarnos y en definitiva no somos más que energía dentro de un envase y que podemos mutar o desaparecer con un chasquidos de dedos.
EliminarBesos miles para tí, amigo querido!
Buenísimo!!!!!
ResponderEliminarSacaste una sonrisa de mi cara
en una mañana nublada
con sol
y sin lluvia en el andar.
Desde el conejo hasta esa palabra que de larga no la puedo pronunciar...
Un abrazo inmenso desde Miami a tu lugar
Entonces... Misión cumplida, linda Mucha! Tu sonrisa es el mejor premio.
EliminarOtro abrazo vuela hacia Miami!!!
Muy interesante. A veces hay que ver las cosas más cotidianas desde otro punto de vista. ¡Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Alex! Un placer verte por aquí. Y te confieso que cada día más intento ponerme en la piel del otro. Sirve para recuperar un poco la misericordia para con los demás. Saludos cordiales!
EliminarBee: Eres extraordinaria! me tienes fascinada con tus relatos. Tienes una gran imaginación y un estilo muy fino. Te tendré siempre en mi jardín de lectura, para no perderme de leer todo lo que publiques.
ResponderEliminarTe dejo otro abrazo!
Te estoy profundamente agradecida, Sara! Tienes una sensibilidad que hechiza. Y eso se agradece SIEMPRE. Un placer que recorras esta casa. Otro abrazo fuerte para tí, linda dama!
EliminarJa,ja,ja, debe de ser que soy un poco sexual, pero yo también leí otra cosa, je,je,je!!!
ResponderEliminarBueno, me hizo recordar a los dos conejitos que tiene mi hermana , Pizki y Canela, y como le deben de pasar, ja,ja,ja. Porque mi hermana es un poco pesada y anda todo el día con ellos en brazos...luego se queja que le tienen todas las camisas agujereadas...y ahora leyendo tu entrada...igual es que están hasta el moño de tanto cariño y esa es su forma de expresarlo, ja,ja,ja.
Muy bueno!!!
Besos guapa!
No eres la única, Mimicha!!! Jajaja!!! Pobres Pizki y Canela!!! La de apapachos que deberán soportar!!! ;-) Y bueno, hay amores que matan!!!
EliminarBesos para tí, mi reina!!!
Cuantos leyeron otra cosa........no es hora de hacerles un relato a medida?? jajaj
ResponderEliminarUn beso grande Vee !!!
Hola Dany!!!!! Cómo se te exrañaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, cuervo querido!!!! Y parece que sí, vamos a "erotizar" un poco la cosa... Jejeje!!!
EliminarBesos para la trío azulgrana!!! (Para Ramiro, beso y abrazo)
Hay amores que matan, o. que si no matan, molestan, jaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarTemí que "Cunículus" se volviera cruel, gracias mil por darle este final de sonrisa, de caricia, de picardía compartida.
Un beso enorme, Bee, queridísima amiga
Hola, Patri querida!!! Te cuento: desde un comienzo la intención fue lograr una historia cotidiana (aunque lo cotidiano se está tornando muy cruel) y mostrar una situación curiosa entre dos personajes donde la condición de (uno, animal bípedo y supuestamente superior y otro animal cuadrúpedo) no fuera impedimento para desarrollar la trama. Y te juro, mi amiga, que fue una experiencia ardua y gratificante. Las letras siguen sorprendiéndome y alegrándome la vida.
EliminarTodo mi cariño y un montón de besos, hada querida!
"Cunículus" nos ha generado el disfrutar de un magnifico relato.
ResponderEliminarAbrazos!!!
Muchas gracias, Ricardo!!! Un gusto tenrte por aquí. Un abrazo!
EliminarNo todos los días son iguales, de tal forma que cualquier cosa sencilla, pasado unos días nos parece un terremoto, no son las cosas las que cambian, pero si las personas y su estado de ánimo. Me ha gustado leerte. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola! Es verdad, somos criaturas en constante cambio. El día que lo comprendamos, creo que vamos a llevarnos mejor con nosotros mismos. Otro beso!
ResponderEliminarBueno, mejor mascota de la familia que segundo plato en domingo.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Jajaja!!! Sin dudas, mi amigo!!! El conejo debería reconocerlo! Otro abrazo para tí!
EliminarDespues de leer tu texto me puse a revisar los nombres de tus comentarista y vaya que tienes puro peso pesado ¿Eh? Te felicito, y es que no podía ser menos escribiendo como lo haces.
ResponderEliminarBesos Bee
Muchas gracias, linda Flor! Y tú formas parte de esos pesos pesados. No solamente porque eres una estupenda "escribidora" si no porque eres una mujer con un corazón enorme. Alguna vez te dije que me encanta tu honestidad? Pues te lo digo ahora. ;-)
ResponderEliminarBesos porteños, mi amiga!
Muy simpático, Bee. Las dos voces aportan volúmen al texto. Me ha gustado. Un niño con un conejo es una imagen muy dulce, pero a mí siempre se me escapa un; "pobre conejo", jaja.
ResponderEliminarUn besote, escritora.
Sete
Muchas gracias, Sete! A mí también se me da por estar del lado del conejo!!!
Eliminar;-) Otro beso para tí, amiga!
¡Muy buena la posición de ambos personajes! Una perspectiva animal que raramente los humanos somos capaces de entender a pesar de ser iguales.
ResponderEliminarBesos de conejo.
Te agradezco, Gloria! En verdad fue un desafío ponerle voz y voto a un animal. Porque hay muchos escritores que lo saben hacer de una manera estupenda. Pero utilizando tu misma lógica -somos iguales- intenté ponerme en el lugar del conejo e incorporarlo como protagonista fundamental de la historia.
EliminarOtro besos conejiles para tí!