"Salón de baile" de Ernest Descals |
Se acercó tanto al cristal que estrelló la punta de la nariz contra la superficie del espejo. Sin dudas, la miopía estaba haciendo estragos en sus ojos.
Buscó la tijera pequeña, comenzó a recortar cuidadosamente el contorno del bigote y registró que la semana próxima debía volver a teñirlo. Las canas aparecieron en los albores de sus treinta y no demoraron en avanzar sobre todo el vello del cuerpo, aún en sus partes pudendas.
Alzó la cara y quedó satisfecho con el resultado. Pero la euforia se vio empañada al encontrar la marca que tiene en la frente. Es un vestigio minúsculo que no llega a ser una cicatriz, pero le recuerda la torpeza de aquel resbalón en la bañera.
Alzó la cara y quedó satisfecho con el resultado. Pero la euforia se vio empañada al encontrar la marca que tiene en la frente. Es un vestigio minúsculo que no llega a ser una cicatriz, pero le recuerda la torpeza de aquel resbalón en la bañera.
Confirmó la hora, se apresuró en alinear el traje, revisar la billetera y perfumarse con unas gotas de colonia. De un solo trago e intentando dominar la excitación acabó con una medida de ron Barceló que le habían traído de Dominicana.
Llegó puntual a la cita. Era esa clase de hombre que no se permitía hacer esperar a una dama: huellas de una cultura galante, que el abuelo criollo supo esculpir en su carácter de legítimo caballero.
Ella estaba de espaldas, mirando hacia la otra esquina. Bajita, quizás para los demás, poquita cosa, pero él la quería.
La mujer sonrió y le apoyó la mano sobre la mejilla. Ese gesto lo cautivaba. Apenas una caricia, una sutil lisonja que acaso le pertenecía. Entonces y como cada jueves, su vida volvía a tener sentido.
Ingresaron en el salón y dieron varias vueltas hasta encontrar el lugar ideal. Eligieron una mesa que estaba en el fondo del local y que los protegía de las miradas indiscretas. Las luces fueron bajando y algunas parejas empezaron a besarse, ellos también.
Sin prisa, recibieron juntos la madrugada.
Sin prisa, recibieron juntos la madrugada.
Los jueves amor de pago para los corazones rotos.
ResponderEliminarBesos.
Ni más ni menos, Xavi querido. Unas gotitas de amor comprado.
EliminarBesos salvajes, Toro Loco!
Un poquito de amor...
ResponderEliminarLindo texto.
Un beso
Qué buena definición, Ani! Es eso. Un momento en una vida, que aunque pequeño, parece que la sostiene completamente.
EliminarMuchas gracias por leer! Un beso para tí!
Supongo que así debió ser en otros tiempos, cuando existían caballeros, respeto y elegancia. ¿En qué momento se jodió el Perú?
ResponderEliminarBesos, Bee.
Admito, amigo Zavala, que esas épocas me fascinan. Tienen ese sabor a galantería perdida y desconocida para muchos. Aún, con dinero de por medio.
EliminarBesos para tí también, amigo!
Me hace pensar en la película "Intimacy" que habla precisamente de los encuentros de dos amantes cuyas vidas discurren separadamente después de la intimidad de una cita... Vidas propias, tal vez insatisfacción....pero en los encuentros... Todo se derrumba cada vez y empiezan a comprender hasta que punto van a la deriva... Historia de otra época está que nos sirves, querida Bee.... Resulta difícil visualizarlo hoy en día con tantos avances... Por eso. Resulta tan auténtico. Besotes fieles.
ResponderEliminarQué linda peli, Mel! Me hiciste recordarla... Dos espíritus errantes, que se juntan por un momento para luego volver a su realidad. Como le decía a mi amigo Zavala, tengo una fascinación sobre las costumbres amorosas del pasado. Esa galantería, esa delicadeza, aún cuando exista el dinero de por medio. Quizás muchos lo llamen "mentira paga" Yo prefiero pensar que para mucha gente es en un instante de Vida. Besos para mi amigo fiel y querido!
EliminarSegún algunos estudios/estadísticas de amueblados, los Jueves son los días de mayor cachondez. Como se expresa y consolida va de cada uno.Una cosa que le recomendaría a un miope - en caso de que en su afán "galanteríl" desee emprolijar su aspecto en forma integral, es que nunca acerque un elemento cortante, filoso a sus partes pudendas. Tampoco las teñiría, porque si ya llegó al punto donde expone su desnudez, calculo que la contraparte ya está conforme con el ser humano en sí. Pero tal vez yo sea demasiado prudente/ingenuo. Beso y suerte! - a nivel futbolero también.
ResponderEliminarJajaja!!! Quiet, Pepe!!! El caballero no se recortaba ni teñía las partes pudendas!!! Solamente el bigote. Gracias, pero hoy está peliagudo con Olimpo!!! Vamos a necesitar toda la suerte! Y suerte para el Matador mañana!
EliminarBesazo, Tiger!!!
Dividamos el comentario en dos partes:
ResponderEliminar1.Me gustó la delicadeza de la narración y todas las cosas que querés decir con determinadas frases, sin decirlo efectivamente, claro está. Uno de los que más me gustaron a nivel discursivo. Muy cercano a la perfección, no como las pavadas que escribo yo.
2. Un muy buen texto, BeeBee, sin dudas, pero de 'muy bueno' habría saltado a excelente (en mi opinión, humilde o no, sé que esas tonterías no te interesan a vos), si le hubieras quitado la palabra 'tarifa' al final o si le hubieras puesto otro título. ¡Porque ya estaba todo dicho! ¿Para qué ese dato paternalista? Después probalo en tu original y decime si me equivoco. No quiero pensar que las BC están comenzando a influir...
A big kiss, my BeeBee.
You know all this is matter of discussion. Nonsense for fools.
Have a great life!
HD
Thanks again, Negro amigo!!!
EliminarDe nada, BeeBee, para los amigos, los amigos de verdad: TODO:
EliminarA saber:
ResponderEliminar1) Muchas gracias por resaltar esa parte. No es casual que lo haya publicado recién a las 2.20 de la madrugada y después de darle muchas vueltas. Fueron varios detalles y guiños e intenté desarrollar precisamente el nivel discursivo.
2) Te mandé mensaje x FB con respecto a eso. Fue todo un incordio. Jajaja!!! Las BC son terroríficas...
I know what you mean, milord. Thanks for this, ever!
A big hug for you, milord!
Aplaudo cómo abordas un tema universal como este, Bee; con sutileza, mostrando más que contando -que es cómo ha de ser- y llevando de la mano al lector hasta donde tú quieres.
ResponderEliminarExcelente trabajo.
Un abrazo,
Muchas gracias, Pedro! Tu generosa opinión me alienta a seguir desarrollando distintas formas de abordar las historias. Un abrazo fuerte, mi amigo!
EliminarUn relato muy sutil. Dice mucho sin decir realmente nada... Es más, a mí al menos me ha hecho plantearme si soy una malpensada o si realmente trata de lo que creo que trata. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarJajaja!!! Creo que comprendes muy bien de que va la historia. Gracias por leer y estar siempre presente. Eres un encanto, mujer! Beso enorme!
EliminarEsa caricia en la mejilla debe de ser standard, en mis mejores momentos
ResponderEliminarme daban una de ellas al mes.
Y esos gestos ni siquiera tienen que ver con el género, Jose. Hombres y mujeres a veces entramos en ese juego, que no se sabe bien a qué lugar nos lleva. A veces, no importa... Besos porteños, guapo!
EliminarCoincido en un todo con Pedro: mostrás una situación, levemente y con maestría. El resto queda a cargo del lector. Sí. como bien dice Pedro, "como debe ser".
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo, querida amiga
Muchas gracias, Patri! De eso se trata esta aventura de escribir: avanzar, probar, aprender. Y la verdad, el camino cada día me fascina más. Otro abrazo para vos, mi amiga!
EliminarQue lindo cuento Bee...esa caricia mínima, esa mujer mínima y tantos enormes gestos de un amor de jueves!
ResponderEliminarMe gustó mucho, mucho!
Besos y abrazos para vos!
Gracias, Gaby!!! Esta vez la propuesta para mí era lograr esa economía de gestos pero que para el protagonista significaba todo. Muchas gracias otra vez, linda Magah! Besazo!!!
EliminarEsa cita periódica seguro que los llena de felicidad y eclipsa cualquier resto de su rutinaria vida. Bonito, mucho.
ResponderEliminarBuena semana my sis.
Qué lindo comment, bro! De eso se trata la historia: un pequeño oasis en el desierto cotidiano. Buena semana para tí, abrazo y mucho saludos para Konoka y los niños!
EliminarMe aterra esa soledad que transcurre sigilosamente por la cadencia de tu relato...!!! Es admirable la delicadeza con que lo vas construyendo ¡Muy bueno Bee!!!!! ¡Vamos a engalanar Paracuentos! Abrazo
ResponderEliminarParacuentos ya es mi casa, Osval!!! Muchas gracias. Y traté de darle un toque delicado para que la tristeza no sea tan abrumadora. Abrazo enorme!
EliminarEstá tan soslayado lo del "amor pago", que me di cuenta al final. Algo que siempre me pareció despreciable, sin embargo en tu texto es un acto amoroso por la forma como lo presentaste.
ResponderEliminarLos jueves la soledad del envejecimiento parece detenerse en ese salón.
Me gustó mucho, Bee.
Un besote.
Hola, Mirella! La idea era contar la historia desde el punto de vista del personaje masculino. La forma en que él la ve. No fue fácil -debo reconocer que me cuesta- pero siempre están los amigos que nos ayudan a ver en perspectiva y ganar en calidad. Muchas gracias por tus plabras. Besos miles, mujer!
EliminarMuy delicada forma de contar esa historia, me encantó.
ResponderEliminar(En mi ciudad adoptiva se festeja, pero lamento tu olímpico disgusto este domingo.)
Saludos, Bee.
Muchas gracias, Rob! A decir verdad, muy merecido triunfo. Los felicito. Encima a cuadras de mi casa vive el padrino del Colorado Gil. Te das cuenta??? ;-) Saludos para vos también, amigo!
EliminarUna efímera demostración de amor, esa por la que vale la pena patear el tablero y jugarse todo, aunque luego, se deba volver a la realidad. Excelente relato, muy buen tema.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marina!!! Es que hay "amores" que se viven de ese modo. Un beso grande, reina!
Eliminarhermoso texto mi querida amiga.
ResponderEliminarbesos
Hola, Diana querida!!! Viste? Esta vez, me dulcifiqué, no maté a nadie, no insulté... Estoy recatada. ;-) En verdad, es muy bueno andar buceando otras aguas. Hace bien ese ejercicio. Besos embrujados, morocha linda!
EliminarMe ha gustado este texto
ResponderEliminarCon un final de sábanas sin decir nada.
Sábanas en silencio de dos que después de un perfume se sintieron.
Quedando en mi imaginacion lo que el perfume de él... logro en ese momento....
Me gustaria que visitaras el blog que aqui te dejo Mucha. Estoy mirando un video que va cambiando de a poco mis pensamientos.
La realidad que vivimos y hacemos de nuestra vida
es un acierto.Creo que te va a gustar
Gracias con besos
Muchas gracias, Mucha! Hacés un poema del relato. Y eso lo enriquece.
EliminarBesos porteños, Mireya!
P/D: Mañana veo como se merece -con atención- el video. Otro beso!
Me gusta mucho cómo abordaste un tema tan delicado, y qué bien llevaste al lector
ResponderEliminara un final de cuento. Eres una artista, lo he disfrutado a través de cada detalle y de las distintas interpretaciones. Me ha gustado mucho Bee, es uno de mis favoritos tuyos. Lo enmarco.
Muchísmas gracias, Julie! Viniendo de tí, que le haces gala a las palabras, doble premio para mí! Todo mi cariño, linda dama!
Eliminarme gustan los cuentos que no necesitan nombrar para decir. Que dejan que nosotros lleguemos por nosotros mismos. Un beso
ResponderEliminarTe agradezco mucho, amigo Garriga! Enorme halago me hiciste. Es un placer compartir la historia con quienes leen y que la dibujen en sus mentes. Misión cumplida entonces. Un abrazo para vos y besos para Garriguita!
EliminarLa galantería del tipo gentil se hace aguachenta, se le diluyen los códigos, si alguna vez los tuvo, al convenir pagar por amor, por algo es miope, por algo es torpe.
ResponderEliminarUn relato de buen corte!!
Saludos, BEE!!
Hola, Eduardo! Creo que con el tiempo aprendí que cada uno hace lo que puede (también lo que quiere, eh!) y este es caso ;-) Muchas gracias por leer siempre!!! Un abrazo, master!
EliminarAl fin, una historia de verdadero amor, y no esas que circulan habitualmente. Ya era hora. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Muchas gracias a tí, Amando! Es que este personaje me inspiró ternura. El pobre construyó su historia y quien soy yo para modificarla? :-)
EliminarOtro abrazo enorme para tí, mi amigo!
Buen relato de vivencias y detalles diarios.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del ron Barceló.... qué recuerdos. Viaje a la RD en la última década del siglo pasado y también me traje alguna botella. Una la compartí y liquidé en una tarde con un amigo de aquellos tiempos. Todavía recuerdo el dulce sopor de la borrachera y las palabras alegres, ebrias y soñadoras, que acabaron perdiéndose en el aire...
Un beso Bee.
Hola, Jose!!! Yo también estuve en Dominicana a finales de los 90. Y vaya que degusté el Barceló! Delicioso!!! Un beso y muchas gracias por visitarme!
Eliminarque sutileza en ese amor de pago...
ResponderEliminares maravilloso leerte y preguntarte... ¿como le haces para escribir tan lindo?
pasame un tips nada mas
besos
carlos
Muchas gracias, Carlos! Esto d ela sutileza me está gustando... :) Beso!
EliminarUn jueves en blanco y negro, repetido, infinito y triste. Me pone muy triste esta postal. Hay tanta melancolía ahí, tal vez toda la de cuando nuestros abuelos o nuestros padres vivían esas cosas que parecían que durarían siempre. Hay galantería y respeto, hay algo que parece amor y lastima.
ResponderEliminarPero sobre todo, lo que hay es una maestría que solo tú, Bee, le pones a un texto de cine. Hoy de cine en blanco y negro, de aquel cine mudo que había que completar con la mirada.
¡Fantástico! no me canso de decirlo.
Abrazos
Es verdad podría ser una movie en blanco y negro. Aunque cuando lo imaginé todo era como un cuadro con ocres. Y sí, esa mezcla de amor/lástima... Muchas gracias por tus palabras, Antonio! Otro abrazo para tí!
EliminarQué hermoso texto, Bee!!!
ResponderEliminarLa sutilidad baila en las palabras, la elegancia, la caballerosidad, esa fina caricia que resume el deseo del encuentro...A veces sólo hace falta algo así para sentir la necesidad de vivir...
Besos, princesa!
Muchas gracias, Mimi!!! Es que cada día creo más en las pequeñas acciones... Intenté demostrarlo en esta historia. Besos miles, mi reina!
EliminarLa quería, el gentleman, y se arreglaba cada jueves para su amor, el precio a pagar era lo de menos. Muy buen texto, Bee. Curiosamente mi úlitmo relato habla de un señor y los viernes.
ResponderEliminarUn abrazo
Sete
Muy buena observación, Sete! Quiénes somos para juzgar la forma de felicidad que escogen los demás? Muchas gracias y ya leí tu texto. Lo comenté en tu blog, pero lo repito aquï: me ha encantado! Una historia para que todos la lean! Bien escrita y con un final a toda orquesta!
EliminarAbrazo enorme, mi amiga!
ResponderEliminarBlogger Bee Borjas said...
Este texto te salió bien lírico, Mireya! So solamente rimaste las frases si no que rimaste con la vida en sí. Eso de mantenerse en estado ZEN todo el tiempo es tan artificial... Claro, que es genial pensar y actuar en positivo, pero también existen el dolor, la rabia, la pena. No todas las emociones son positivas. Yo soy un compedio de sentimientos, y vaya que me cuesta convivir con ellos. Y cuando estoy alegre, me río. Pero cuanto estoy cruzada me encierro y soy como una caja de seguridad, hasta me trago la llave y no quiero que nadie se me acerque. Todos son MOMENTOS. PRESENTES que se suceden y con los que vamos conviviendo. Acaso en medio del dolor, alguien no se descubrió sonriendo? O en medio de un placer extremo, se escapa una mueca de vaya a saber qué mierda agazapada tenemos en el alma?
Bullicioso espíritu, oscuro a veces, rutilante otras...
Como surfear las olas.
Cae la medianoche en Buenos Aires y el sueño le gana a la mente. Y está bien. Sweet dreams for everybody. Besos porteños,
Recien me levanto y te aseguro que lo he leído varias veces
Sos imperdible...
tanto decis en tan corto
Eso es un arte
el arte de poder hacer sentir y llega lo que decis!
Es claro intenso.Me llegaste
porque pescaste perfectamente mi ruego a la vida.....dale vida dame un descanso aunque sea por pocos dias.....
gracias por ser como sos
Un beso de Mireya para vos
Muchas gracias a vos, Mucha! Porque estás abierta a las experiencias de todos y estoy segura que tu sabiduría te va a ayudar a despejar los nubarrones y vas a conseguir ese break tan necesario. Un beso que esta vez va con abrazo incluído!
ResponderEliminarPreciosa conformación de las palabras que nos incluyen en el centro de ésta historia de amor que lleva sus compases semanales.
ResponderEliminarY nos ilustra en observar a cuantos congéneres humanos desconocemos, y que tanto encarnamos la ignorancia y nadamos en la especulación.
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ResponderEliminarวิธีเล่นป๊อกเด้ง
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