Con los años había logrado reunir un equipo de primera calidad. Recorría infinidad de negocios en busca de anzuelos, boyas y señuelos que iban nutriendo su colección.
Calma. Quietud. Control.
En las noches de invierno, cobijado por la luz de la luna y con los sentidos adormecidos por el silencio de la laguna, él podía afirmar sin temor a equivocarse, que allí lograba encontrar su momento de paz…
En las noches de invierno, cobijado por la luz de la luna y con los sentidos adormecidos por el silencio de la laguna, él podía afirmar sin temor a equivocarse, que allí lograba encontrar su momento de paz…
Cayó de rodillas. Intentaba con desesperación detener la sangre que salía a borbotones del cuello. El filo de la tanza lo cortó a la altura de la garganta.
Descubrió dos pares de ojos dibujados en la oscuridad. Agazapados, como fieras a punto de saltar sobre la presa.
Después de tantos años de vivir bajo su estricto dominio, no imaginó que tuvieran las agallas suficientes como para desafiarlo.
De ella podía llegar a sospecharlo. Su hija, fue la mayor sorpresa.
De ella podía llegar a sospecharlo. Su hija, fue la mayor sorpresa.
Era la niña de sus ojos. La que aceptaba sin rechazo, cada una de sus exigencias. La que se ocultaba, cuando él arreglaba a su manera las cuentas pendientes que tenía con su mujer. La que hacía oídos sordos ante los gritos y los golpes. La que callaba y sonreía con una mueca torcida, cada vez que él le aseguraba que todo estaba bien.
Elevó la mirada y pudo ver el tenso sedal que atravesaba todo el comedor. Los elementos de pesca yacían en un costado de la habitación. Habían utilizado sus propias armas para asesinarlo.
-Hija de puta… -gimió con un hilo de aliento.
Se le acercaron con recelo, como si ellas tuvieran la garganta cercenada. La mujer evitó pasar por su lado. En cambio la niña, se desprendió de la mano de la madre y corrió hasta donde estaba el padre.
Se acercó lentamente a su rostro y sin elevar la voz, susurró:
“Lástima. Ya no vas a volver a pescar.”
Creo que pescó al pez negro, el pez más inmenso de todos. Y no pudo devolverlo al mar.
ResponderEliminarBesos.
Tú lo has dicho, Sarco. Nunca más.
ResponderEliminarBesos, mi querido amigo!
Que familia tan maja...
ResponderEliminarSi es que no hay nada como el amor.
Besos.
La Felicidad total!!!
ResponderEliminarUn soplo de esperanza!!!
Besos salvajes, Xavi!
No diré que celebro sus muerte pero tampoco la lamento.
ResponderEliminarUn texto magnífico, un ejemplo más de que la crudeza puede vestir sus más elegantes galas. Maravillosamente amargo.
Tanto tiempo sacando del agua al pez que merecía muerte por asfixia... Familia liberada!
ResponderEliminarAbrazos!
Un excelente texto que me ha hecho pensar, como siempre con el toque final. Genial.
ResponderEliminarEl rencor y la venganza en su máxima expresión. Muy crudo, golpea fuerte con precisión de Maestra. Muy bueno Bee. Felicitaciones!
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarSonrio antes los comentarios
ResponderEliminarTu estilo te identifica.
!!Unico!!
besos
Ay, madre mía!
ResponderEliminarVengo de la emoción que es el regalo de Diana (vos sabés de qué te hablo) y encuentro este horror tan fina, natural y precisamente narrado.
Impecable, linda Bee.
"Algunas violencias sólo se detienen aplicando contra ellas una violencia mayor".
No quisiéramos creerlo pero...
Besos mil ruedan hacia la puerta de tu casa!!!
wow! se me han puesto los pelos de punta!
ResponderEliminaruna vez en una reunión de amigos se tocaron estos temas y uno preguntó: Es válida la contraviolencia?
y la respuesta fue certera: es válida cuando no hay mayor opción, cuando la vida corre peligro.
Mierd... es la única respuesta cuando no te queda otra!!!!!!!!!
MUY BUEN TEXTO BEE!
la violencia de género es uno de los temas que me ponen tocan el alma!
SERGIO:
ResponderEliminarSensaciones bien antogónicas, no?
Gracias por leer y por dejar tu opinión, mi amigo!
TRASTERA;
Bien descripto Elisa! Ojo por ojo diente por diente.
Besos, mujer!
JULIE:
Gracias por venir, Julie! Un gusto tenerte por aquí!
Cariños!
PEREGRINO:
Sos incondicional, Osvaldo. Un abuabrazo para vos y miles de besos para Valen! :)
MUCHA:
Hola, mujer linda!!! Y sí, me salen así los relatos... A veces crueles, a veces apasionados. Pero mi cuota de ironía aún no la puedo vencer...
Besos a raudales, reina! :)
PATRICIA:
Jajaja!!! De verdad, me hiciste pensar... Soy una bestia! Ustedes andan con la varita mágica en la mano y yo me cuelgo con esta tragedia...
Tus elogios me enorgullecen y ya sabés la razón :)
Se te quiere de manera infinita!
Va un abrazo bien cálido, amiga!
ESCARCHA:
Hola, hechicera!!! Sí, este tema me ocupa porque es tan cotidiano que apesta.
Es como una rueda de violencia, que se retroalimenta y no se detiene. Y muchas veces, los recursos "civilizados" se agotan y quedan pocas opciones, no?
Besos embrujados, master!
Merecido se lo tenía, no se le pega a una mujer NUNCA.
ResponderEliminarAsí es, Flor. NUNCA.
ResponderEliminarBesos miles!!!
Bagres y bogas, dos palabras que deben ser usados con precauc.....argggg...
ResponderEliminarNo hay nada peor que identificarse con un personaje, pues apenas comencé a leer me dije: este tipo es como yo, encuentra la paz en el medio de un río o laguna, en un bote y con sus elementos de pesca...
ResponderEliminarBueno, después ya no me identifiqué, por suerte, pero no termino de salir de la impresión previa.
Muy bien logrado, creo que estás en el buen camino para... (y aquí viene la cuestión, ¿para seguir creciendo?, ¿para publicar?, porque todo tiene un tiempo, el blog puede quedar chico).
A big kiss, my beeBee, and think about that.
HD
Impresionante, termine de leerlo y volvi a releer y me lo imgine contado por Alberto Laiseca, en I-Sat...conincido con HD, el blog te esta quedando chico, como minimo tenes que publicar en Orsai. Te felicito locura.
ResponderEliminarATO:
ResponderEliminarJajaja!!! Qué pasó, Pepe??? Siento como que se te perdió el aliento!
Besos, Tiger!
HUMBERTO:
Mirá vos, H!!! No te tenía con el tema de la pesca y la tranquilidad
en medio de la laguna... ;)
Amazing man...
Muchas gracias por el comment y por alentarme siempre.
Yuo know what it means to me.
A hug for you, milord!
CESAR:
Ahhhhh!!! Qué buena idea, Césare! Sería toda una experiencia escuchar
algo que escribí con esa voz...
Gracias también por hacerme la pata :D
Besos bluseros, kid!
Siempre son de éxito literario las historias de familia.
ResponderEliminarBravo.
Muchas gracias por pasar por aqui y por tus palabras.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Carlos!
Cómo me gustan estos relatos de justicias sangrientas y susurros al oído. La niña no sería una Corleone, ¿verdad?
ResponderEliminarSaludos, Bee.
Jajaja!!! Signore Giuseppe está en lo cierto. La niña es Mary Corleone... ;)
ResponderEliminarUn abrazo grande, dear bro!
Muy original tu manera de ser y escribir
ResponderEliminarFelicitaciones
Hay que ver como se saldan los asuntos pendientes, en el más completo de los silencios, en la venganza más elocuente.
ResponderEliminarseñuelo de tus besos
JULIÁN:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus elogiosas palabras!
Saludos, Julián!
OTTO:
Así es, Buck. Silenciosamente... Sin prisa y sin pausa.
Besos para tí, guapo!
Ahhhh!!! La búsqueda de la paz y la felicidad, creo que nunca tuvo en cuenta que ellas alguna vez también querrían...
ResponderEliminarEl pez por la boca muere, o por la garganta, bueh che, está cerca...
Besos
Jajaja!!! Qué nás da! La boca, la garganta...
ResponderEliminarGracias por leer, Ivo!
Besos miles!
Tu arte al escribir es genial
ResponderEliminarTu estilo muchachita unico
Me deleito leyendo tus letras desde un Miami torrido sin acentos desde mi laptop te leo
Gracias Muchita!!! Con o sin acentos, tu visita me alegra el corazón!!!
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