julio 22, 2012

LA DEMOLICIÓN

Isabel Perez Quesada (Pintora Argentina)

Detuvo el coche frente al edificio que estaban demoliendo.
Las bocinas no tardaron en sonar. Estaba estacionado en un lugar prohibido.
Como un autómata aceleró hasta la esquina y buscó un espacio libre. El corazón le latía de manera alocada. Corrió los escasos metros que lo separaban de la construcción.
Observó la fachada. Una lágrima traicionera le besó la mejilla.
En ese momento, una pala mecánica excavaba y recolectaba los despojos de la que había sido su casa. Se obligó a continuar mirando. Era como presenciar el final de una obra de teatro.
Pronto no quedarían rastros de aquella vida. Sólo los recuerdos, que afortunadamente pueden ser manipulados. En especial cuando los mismos no hacen más que evocarnos la soledad de aquel tiempo.
Por un momento se sintió satisfecho. Casi liberado.
Dio media vuelta y entonces comprobó que el destino le tenía preparada una sorpresa. Un enorme container funcionaba como receptor y testigo mudo de la demolición. Entre tablas de madera, vidrios, escombros y trastos, emergía vigoroso el antiguo sillón del abuelo Pepe.
La pana verde estaba descolorida. La entretela gastada, descubría el esqueleto de la vieja butaca.
Entonces como una película proyectada a todo color, pudo recordar.
Cuando el aislamiento impiadoso azotaba su corazón, recurría a la máquina del tiempo que Pepe le había regalado. De pronto el sillón se convertía en una fabulosa nave espacial que recorría la distancia que lo acercaba al sol. Durante las tardes de lluvia, enarbolaba su espada de papel plateado y subido a la proa de su bergantín, desafiaba a los piratas más temerarios. En un par de ocasiones y a escondidas de la abuela, utilizaba unas telas de colores y transformaba al sillón en un carruaje con el que rescataba a su vecina, una niña de ojos tan tristes como los suyos.
Se trepó al contenedor. Trastabilló un par de veces. Por fin llegó a su objetivo.
-¡No puede llevarse nada! –aulló uno de los albañiles de la obra.
Cargó el sillón entre los brazos y con la mirada altiva, respondió:
-Me llevo lo que es mío.


Para Dany.
No tires nada, amigo. Ya te dije que Ramiro va a enloquecer con tus tesoros.
Bee.-

30 comentarios:

  1. que hermoso texto!
    a veces no podemos evitar depositar en ciertos objetos, nuestros más preciados recuerdos. Es como si ellos hubiesen quedado impregnados con su esencia y que sin ellos no pudiéramos recordar.

    un abrazo grande Bee!

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  2. Qué bueno que haya rescatado el sillón. Su abuelo lo rescatará cuando ya no pueda soñar como antes.

    Un beso.

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  3. Un relato muy emotivo, Bee. Sin golpes bajos, sin cursilerías logras que uno se conmueva tanto con la situación del personaje como con el homenajeado en la entrada.
    Parabéns, minha querida!
    Beijos.
    HD

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  4. ESCARCHA:
    Gracias, Diana! Si supieras las cosas que atesoro... Un papelón!!!
    Besos embrujados, amigaza!
    SARCO:
    Hola Sarco! Me encantó tu comment. Me inspira que el abuelo siga rescatándolo a través del tiempo.
    Un abrazo!
    HUMBERTO:
    Muchas gracias H!!! En verdad, el post de Dany en el blog de Ramiro, me disparó la idea.
    Hagamos lugar pero dejando el espacio necesario para conservar pedacitos de historia que merecen ser contadas. Aunque sean muy íntimas y sencillas.
    Muito obrigado. Beijos para você! :)

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  5. Nada tiene valor y todo puede ser un tesoro, sólo lo sabe quien lo posee y más cuando lo pierde.

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  6. Muy buen relato Bee. Me trajo recuerdos muy gratos porque yo tuve un sillón parecido, que ofició de barco, muralla del fuerte contra el ataque de indios y hasta fue un F1 - es que tenía rueditas...El parquet agradecido...

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  7. Si que es bueno el relato y da para pensar. Ya he encontrado un lugar para muchas cosas......otras se están digitalizando....hasta un enorme camión Duravit duerme bajo mi cama.

    Gracias por advertirme!!!

    Un beso!

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  8. Bee,¡¡Que me has emocionado!!
    Soy de las que mantengo lo imprescindible pero,atesoro recuerdos en forma de objetos..
    ¡¡Eres grande Bee!!
    Te abrazo muy fuerte.

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  9. Muy hermoso cuento, Bee, que nos habla de aquello que nos ha constituido y nos define: nuestros recuerdos. Ellos hacen a nuestra esencia y vos has sabido plasmarlo con una ternura sin par porque el relato no busca la ternura. Simplemente la encuentra.

    Besos admirados ruedan hacia la puerta de tu casa, querida amiga

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  10. Sí Bee, tal cual. Los tesoros más preciados se esconden en las cosas más simples, aquellas que atesoran los recuerdos dorados... ¡Muy lindo Bee! Me encantó. Abuabrazo

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  11. Buen texto, el recuerdo del abuelo incrustado en el sillón.


    Besos Bee.

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  12. ¡Formidable, Bee!

    Esta es una pieza que sin requiebros va directamente al corazón del lector. Tu gran acierto está en el lenguaje sencillo, el ritmo ajustado y la elección acertada del plano semántico.

    Gran trabajo.

    Un abrazo.

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  13. SERGIO:
    Comparto totalmente tu opinión!
    Un abrazo, don Sergio!
    ATO:
    Jajaja!!! Pepe, te imagino de acá para allá con tu Ferrari? Porque seguro era la mejor máquina de la
    F1. Mi Dios, el parquet!!!
    Besos, Tiger!
    DANY:
    Me mataste, Dany! Tenés un Duravit guardado? Mi primo Marcelo era fanático!!!
    Besos fortineros, cuervín!
    PODEROSA MORGANA:
    Yo también, Mor! conservo cada cosas!!! Verlas es recordar momentos estupendos!
    Abrazo grande para tí, linda!
    PATRICIA:
    Sos genial, Patri. Hasta cuando comentás, hechizás al que te lee.
    Besos miles vuelan para la Docta!
    PEREGRINO:
    Gracias, Osvaldo! Son pequeñas cosas, viste? Pero resumen un ramillete de sentimientos muy lindos!
    Abrazodetíachocha!
    LA MALQUERIDA:
    Qué buena observación, Flor! Así es. Y así recuerdo a mis abuelos. Cuatro seres increíbles!
    Besos miles!
    PEDRO:
    Muchas gracias por tus palabras, Pedro! Me alegra haber logrado lo que me señalas. Intenté escribir una historia de sentimientos simples, sin trucos. Tan claro como los recuerdos que se esconden en ese sillón.
    Un abrazo, mi amigo!

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  14. Y, otro genero, misma opinion. De manera muy simple, tan simple me haces sentir lo que voy leyendo que hasta me da miedito. Sigo con lo mismo, Orsai, revista literaria, creo que es su proxima parada.

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  15. Usted porque me aprecia, César...
    Se anima a representarme? Dele!
    Beso blusero!

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  16. Se llevo un sillón milagroso.
    Hizo bien.

    Besos.

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  17. Suerte que lo encontró!!!
    Besos miles, Xavi! :)

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  18. Me hiciste acordar de la terrible rabieta que me agarré cuando tiraron las revistas El Tony y D'artagnan de mi abuelo Angel. Rescate un par de la basura y todavía las guardo.

    ¡No tirés los Gráficos, Dany!

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  19. JOAQUIN:
    Quizás...
    Saludos!!!
    MALENA:
    Viste? Mi abuelo tenía los Patoruzú de Oro e hicieron lo mismo. Casi hago una masacre!!!
    Desconsiderados!
    Beso, Male!

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  20. ¡¡GUAPAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!

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  21. Emocionante Bee, no se puede tirar algo tan valioso como el tesoro del sillón del abuelo. Guarda tantas cosas en su roce... Precioso. Un beso Bee. Feliz viernes.

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  22. Es verdad, Julie! Gracias por leer.
    Te dejo un beso enorme!!!

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  23. Bueno, eso sí que fue rescatar un recuerdo. Pienso que uno no tiene todo siempre presente, es imposible, pero basta un pequeño empujón para que las cosas aparezcan de pronto. Y claro, quién se dejaría robar algo que ha tomado la precaución de guardar por tanto tiempo en la mente.

    Muy bueno.

    Un saludo.

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  24. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  25. bien. primera vez que paso por aqui y bien. Buen sillón.
    salud

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  26. YONI:
    Muy cierto, don Yoni. Muchas veces, un pequeño empujón y los recuerdos comienzan a aparecer como por arte de magia!
    Un saludo para Ud.también!
    GARRIGA:
    Bienvenido! Siéntase como en su casa! Saludos cordiales! :)

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  27. Mi adorable Bee
    Me llevaste lentamente al momento que estabas escribiendo si casi pude verte sentirte desde los escombros de la vida sacar pedazo de uno mismo
    Un beso enorme querida

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  28. Yo sabía que lo ibas a comprender. Y lo mejor, a SENTIR!
    Se te quiere, mujer!!!
    Besos de porteña a porteña!

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