Después de la escuela abandonábamos los útiles en los portones de las casas y corríamos como endiabladas saetas tras el raído balón.
Esta ceremonia se repitió hasta que las hermanas Gruber se mudaron al barrio. Las rubias valquirias no tardaron demasiado en sustituir el amado ritual por un juego que considerábamos una verdadera niñada.
Así fue como la escondida se transformó en nuestro flamante pasatiempo.
Maya era la menor de las deidades. No era muy linda pero sus ojazos azules ejercían un efecto devastador en un mancebo como yo. Cada vez que le tocaba contar, me miraba suplicante y rogaba que permaneciera a su lado. Una de sus manos se aferraba a la mía de manera dolorosa.
1, 2, 3… -recitaba con su vocecita áspera tan peculiar.
Todos protestaron. Insistí en explicarle que aquello no estaba bien, pero Maya se rehusaba a entrar en razón.
1, 2, 3… -recitaba con su vocecita áspera tan peculiar.
Todos protestaron. Insistí en explicarle que aquello no estaba bien, pero Maya se rehusaba a entrar en razón.
Un día me negué. Estaba cansado de soportar las burlas de mis amigos. Ella se quedó llorando. Harto y sofocado corrí para no escuchar sus sollozos. Mientras escapaba sabía que no sólo estaba buscando un buen escondite sino que además intentaba huir de aquella agobiante situación.
Recalé en los galpones del antiguo astillero. Hundí el cuerpo en medio de una montaña de aserrín y esperé. El sopor de la tarde jugó su carta y caí en un profundo sueño.
1, 2, 3… -repetía Maya en mi aletargada mente.
Escuché las voces de mis amigos y desperté de un salto. Mientras iba a su encuentro decidí disculparme con la pequeña tirana.
Las fuerzas nos abandonaron alrededor de las 8 de la noche. La buscamos hasta que las sombras del crepúsculo cubrieron los tejados del vecindario.
Nunca apareció.
Nunca apareció.
Los Gruber vendieron la casa de rejas blancas y partieron unos meses más tarde.
Ya transcurrieron 5 años y no volvimos a jugar a nada.
Dicen que los niños se olvidan rápido de las tragedias. No es así.
Yo nunca pude.
Bee,un relato impactante,sin duda.
ResponderEliminarQuizás ella siempre estuvo muerta...me puso el vello de punta,no sé si será porque últimamente veo cosas que no son.
A pesar del miedo que me ha producido leerlo,me gusta.Y es que todo lo que escribes me atrapa.
¡¡Besazos inmensos,Bee!!
¡¡Feliz Hallowen!!
Me has helado la sangre.
ResponderEliminarQué le ocurrió?
Nada bueno...
Besos.
Muy tierno y muy dulce, me recreaste una situación personal que algún día tendré que volcar a un relato... Me encantó, felicitaciones. Me lo llevo sin permiso porque soy un atrevido. Abrazo socia!!!
ResponderEliminarUna pena que un pobre chico tenga que hacerse cargo de la maldad ajena. Hay veces que la consciencia es una mochila demasiado pesada. BTW, muy buen relato!! Beso!
ResponderEliminarAy, qué historia tan triste... Me ha gustado, sin embargo. Besotes!!!
ResponderEliminarMe han venido a la mente unos cuantos títulos de películas de los que te erizan el vello hasta ese desenlace que confías nunca se llegue a confirmar.
ResponderEliminarGran adelanto para Halloween.
Me encantó, sobretodo esos sollozos que retumban.
ResponderEliminarYo no he podido olvidar tampoco algunas situaciones de mi niñez.
tremendo, doloroso e impecablemente narrado Bee!!!
ResponderEliminargran escritora, abrazos
MORGANA:
ResponderEliminarMuchas gracias, Mor! Es fenomenal cuando una historia despierta diversas teorías. Significa que ya le pertenece a tas las personas que lo leen!
Besos embrujados, linda mujer!
TORO:
Salió bastante oscuro el relato, no? Tú que piensas que le ocurrió, Xavi?
Besos salvajes, Toro Loco!
PEREGRINO:
Hola Osval! Ahora más te vale escribir tu historia! Ya sabés que soy muy ansiosa!
Abrazo, querido socio! :)
ATO:
Eso fue lo que más me conmovió. El cargo de conciencia que arrastra el chico. Porque cada día es más usual que los pibes carguen con la guachada ajena.
Besos miles, Pepe!!!
MI ÁLTER EGO:
Gracias por leer, mi amiga!
Un abrazo!
SERGIO:
Tenés razón, Sergio! Son esas historias que de tan simples son escalofriantes.
Saludos porteños, amigo!
WALTER:
Es verdad! Quién dijo que los niños olvidan todo? Comparto tu situación, Walter. Recuerdo muchas cosas de mi niñez.
Un saludo!
ESCARCHA:
Muchas gracias, Diana! No hay nada más terrorífico que lo que se supone...
Besos brujos, amigaza!
Los malos recuerdos siempre quedan aletargados en esos plieges cerebrales que si los acompañas con la música de la mala conciencia el baile puede ser aterrador.
ResponderEliminarRelato apropiado para estos días de difuntos.
Besos de gofio.
Escribes como los ángeles y opinas tan verdadero que me casaria contigo simplemente por leer el alma de tus letras
ResponderEliminarDisfruto mucho del tono oscuro con que estás pintando tus letras ultimamente, Bee.
ResponderEliminarTienes un buen manejo del ritmo del misterio, sabes dosificar, sorprender y herir al lector.
Gran trabajo.
Un abrazo,
Yo cuento con vos, BeeBee.
ResponderEliminarLa teoría más tradicional de los cuentos indica que hay dos maneras bien definidas de terminarlos: la escuela clásica que cierra por completo las historias y no deja al lector ninguna duda de lo que ocurrió, un ejemplo argentino es Borges. Y la escuela más actual, en la que el lector tiene que hacer un trabajo para descifrar o crear el final, un ejemplo característico Carver.
Después hay variantes y blablablá.
Tu relato es un muy buena muestra de la tradición más actual, salió muy bien.
Hace unos días me preguntaba cómo irías a levantar un texto como Numen, pues bien, me diste una respuesta contundente.
A big kiss, my BeeBee.
HD
BB
ResponderEliminarNo entiendo de escritos
Siempre lei muy poco
Actualmente solo leo blogs
Tus letras claras y transparentes me llevan al instante en que tu mente las escribe...dejando un sabor acaramelado en la boca
Te leo y pienso...
que bien que escribe!!!!
GLORIA:
ResponderEliminarMuy buena reflexión! La conciencia, la distorsión de las situaciones, el paso del tiempo...
Algunas sinfonías mentales son terroríficas!
Besos miles, Gloria!
MARCO MARLON:
Bienvenido al blog y te agradezco tu comentario.
Un saludo!
PEDRO:
Me dejaste pensando... :) En verdad, últimamente ando bien oscura.
Lo bueno es que sea productivo!
Gracias por tus elogiosas palabras, mi amigo!
Un abrazo!
HUMBERTO:
Hola H! Creo que me inclino naturalmente por los finales como este. Quizás tenga que despegarme un poco de mi posición como lectora (Cuando leo me gusta adueñarme de las historias)
Jajaja!!! Yo también pensé el tema de "Numen"
Te mando mail y te cuento.
A big hug, milord!
MUCHA:
Sos una mujer linda, Mucha! Porque tu generosidad es infinita. Y eso se nota en tu blog. Es una "Oda a la Generosidad"
Un millón de besos, mi reina!
Me pone los pelos de punta, pobre niña, pobre niño.
ResponderEliminar:(
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLlego a casa. Prendo la pc. Pienso en comentar los blogs amigos. Recalo en el de Bee. Veo la foto de la entrada. Sin saber qué viene en el texto me da angustia. La niña es horrorosamente bella y fantasmal. Empiezo a leer. Digo que Bee ya tiene un plan para este post. Leo que pone "Recalé en los galpones del antiguo astillero.". Se me hiela la sangre. Soy un hombre que está sudando. Bee desarrolló su plan. Apagó la música. ESCUCHEN BLOGGEROS DE MALA MADRE, BEE BORJAS APAGÓ LA MÚSICA Y AHORA LA NIÑA DESAPARECIÓ EN MEDIO DEL ATROZ SILENCIO!. No sigo leyendo blogs. Bee lo hizo nuevamente. Ahora no sé quién responderá por el miedo.
ResponderEliminarMe voy a dormir y ya no puedo ser el mismo.
Bs.
LA MALQUERIDA:
ResponderEliminarAsí es, Flor. Aquí las víctimas son unos unas cuantas...
Un beso, mi amiga!
SARCO:
Cada uno de tus comentarios son asombrosamente atrapantes. Lograr captar tu atención aunque sea por un instante es el mejor premio para mí! Misión cumplida.
Tú duerme Sarco, yo velaré por tí.
Un abrazo bien fuerte!
P/D: Te dije que eres fenomenal? ;)
Los juegos se rompieron, Maya desapareció, pero quedó jugando en la mente y el corazón de todos... Qué fascinante historia Bee. Hay cuentos de niños que dejan huella y este es uno de ellos. Muy apropiado para estas fechas. Maya ahora es la que juega con nosotros, gracias a ti. Eres genial. Te admiro. Un abrazo grandote.
ResponderEliminarTus comentarios son la maravilla de los que me escriben
ResponderEliminardiosa y poeta
JULIE:
ResponderEliminarMuchas gracias, Julie! Es verdad, creo que el espíritu de Maya sigue rondando aquel lugar...
Todo mi cariño, mi amiga!
MUCHA:
Hola, Muchi! Eso es lo que vos generás! Porque además de ser sabia y talentosa, tu generosidad no tiene límites. Y en estos tiempos de mezquindades constantes, tu espacio es un oasis donde recalar y compartir sensaciones e ideas.
Un beso asiii de grande, mujer! :)
Todo lo que pasa en la niñez queda en el recuerdo para siempre
ResponderEliminarTu tambien eres sabia y con gran talento que va mas alla de tus escritos -Es un placer leerte como comentarista en recomenzar.
ResponderEliminarEl placer es mío, ROBERTA.
ResponderEliminarLa retroalimentación que se establece ya sea a través de un relato o de un texto es fenomenal. En el intercambio está el sentido de este juego.
Y comentar con personas sensibles y capaces -como es tu caso- hace que uno lo disfrute mucho más.
Un saludo grande, mi amiga!
Esssssssscalofriante...
ResponderEliminarQué bueno recibir tu visita Ikana!!! Un gusto saber de tí!
ResponderEliminarTe dejo un saludo! :)
Enhorabuena!
ResponderEliminarDesasosegadamente bello tu relato.
Doloroso ver morir un ángel.
ResponderEliminarCaptura y sacude de principio a fin.
Se queda uno deseando que no haya muerto.
Pero así es la ficción; ahí los autores tenemos carta blanca de hacer una matazón y pasar a servirnos un cereal.
Besos desde la lluvia.
JOSÉ:
ResponderEliminarBienvenido y muchas gracias por leer y por tus palabras.
Un saludo cordial!
CARLOS:
Es verdad, Carlos. Tenemos el poder de hacer un desastre y también de dejar un espacio para que el lector imagine otro final. Quién sabe, no? ;)
Un beso desde la soleada Buenos Aires!
y ahora en cualquier rincón hay una tirana tirando de vos, arrastrando tu respiración al mismo tiempo que va contando...1,2.
ResponderEliminarEs lo que tienen los mancebos,
que a veces no saben decir que no.
ResponderEliminarSomos frágiles como anémonas extraviadas...y es que nunca dejamos de ser un poco niños.
saludos
Mi besoooooooooooooooooo y abrazos a esta mujer valiente.
ResponderEliminarSmuacksssssssss
Bee...buenísimo, me tomó por sorpresa y terminé pensando en esa cuestión que nos acompaña el resto de la vida, a algunos, de hacernos cargo de los demás. Es demasiado, y a veces no aprendemos nunca.
ResponderEliminarJOSÉ ÁNGEL:
ResponderEliminarGuauuuu!!! Menudo comment, guapo! Me dejaste muda!
1, 2, 3...
Un beso porteño para tí! :)
FRAN:
Bienvenido Fran! Y es verdad, nunca dejamos de ser niños.
Saludos cordiales!
MORGANA:
Eres una reina, Mor!!!
Ramillete de besos para tí también!
MAGAH:
Hola Maguita! Ayyyy! Honestidad brutal. Algunos no "aprendemos" jamás.
Un abrazo, mi amiga!