mayo 28, 2013

SERAFÍN


                    A Carmiña Ramirez, quien inspiró este relato y que vive en mi corazón.

La señora Carmiña le advirtió que no le gustaban los niños. Y el motivo nada tenía que ver con alguna clase de resentimiento producto de su reciente viudez. Simplemente detestaba la tremolina tan propia de esas pequeñas criaturas que ejercían sobre la mayoría de las personas un embeleso al cual ella era totalmente inmune. Por esa razón, le dejó bien en claro que emplearlo como ayudante en su librería era una cuestión de pura necesidad. La desfachatez del marido al morirse de un día para el otro, la obligaba a cargar con las cuentas en rojo y un negocio del cual sola no podía hacerse cargo.
“Los libros no se tocan” advirtió amenazante para luego agregar “un plumero ligero sobre los lomos y a otra cosa”. Después del ascenso del General, en La Coruña las misas no se interrumpían ni siquiera cuando los reos caían al suelo por inanición y como para Serafín aquella propuesta cubría sus dos consigas principales -conseguir comida y escapar de la realidad- aceptó el trabajo sin protestar. La vida en la posguerra era tan despiadada como la contienda misma. Ya no resonaban las balas, pero el hambre y la represión dañaban el alma hasta convertirlo a uno en un fantasma de ojos fijos y mirada ausente.
Pronto descubrió que la patrona ejecutaba una rutina inquebrantable. Todos los mediodías y después de cerrar el negocio, preparaba la comida y luego de lavar los trastos se desmoronaba sobre la antigua cama matrimonial. Su voluminosa figura lucía imponente sobre aquel tálamo que supo concebir tiempos mejores. Mientras el abdomen subía y bajaba, la dama roncaba como el fuelle de un acordeón a punto de estallar. La siesta la mantenía fuera de combate más de tres horas seguidas. Entonces el muchacho aprovechaba la única oportunidad del día y escurriéndose por un pasadizo que había descubierto un tiempo atrás, se deslizaba hasta las entrañas mismas de la librería Montecelos. Se quitaba los zapatos y caminaba imitando el andar de un ave zancuda. Pasos largos y precisos, pero fundamentalmente silenciosos. La luz del sol se filtraba por las rendijas de la cortina de metal y acariciaba los volúmenes, que ubicados en colosales estantes, compartían cientos de historias que pugnaban por ser leídas. A Serafín, el ejemplar de “La cartuja de Parma” le quitaba el aliento. Acomodado detrás del mostrador se sumergía en los amores y desventuras del joven Fabrizio y creía por un mágico instante que la existencia no era tan despiadada. Apenas se atrevía a tocar las hojas. Abría el libro unos diez centímetros y esforzaba la vista hasta la exasperación. Los ojos le dolían pues perpetraba curiosas posiciones para llegar a leer las oraciones completas. El silbato del afilador le advertía que ya quedaba poco tiempo pues doña Carmiña no tardaría en despertar y si lo encontraba allí, él tenía muy en claro cual iba a ser su destino.
El verano terminó y el otoño arribó con inusitada crudeza. Escaseaba la leña, los víveres se perdían en los caminos y la hambruna empezaba a hacer estragos en el pueblo. El carácter de la dueña empeoraba a medida que transcurría el tiempo. “Si seguimos así, vamos a terminar comiendo papel” rugía indignada. Al chaval ese comentario le provocaba un escozor indescriptible. Prefería morir de hambre a perder lo único que lo mantenía cuerdo. Una semana después de cumplir 18 años Serafín descubrió que los resuellos de doña Carmiña habían cesado para siempre. La enterraron en el cementerio del pueblo al lado de la tumba de su marido y rodeada por algunos curiosos que se sorprendían por las dimensiones monumentales del cajón que los propios vecinos habían construido para la ocasión. Arrojó un puñado de tierra sobre la sepultura y apenado concluyó que nunca lo había tratado con afecto. Su indiferencia fue estable y consecuente. Enmudeció al recibir de manos del notario el título de propiedad de la librería.

37 comentarios:

  1. Sé de varios casos parecidos, estudiaban con libros "prestados". Ahora son sencillo y humildes empresarios.
    Ha empaparnos de cultura porque mucho bueno nos ha de dejar.
    Saludos, Bee.

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  2. ¡Se portó la gorda Carmiña con el pibe, le dejó la librería y el pibe es lector, quizás lo sabía ella!!

    Ameno relato, BEE, saludos!!

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  3. Creo que Carmiña es el personaje más entrañable que has creado, esa dureza aparente, sobre el final, se abre del tamaño de su propio corazón (y cuerpo) para dar paso a su verdadera esencia.

    Cuando no se tiene algo interesante para decir, es mejor no decir nada, creo que esa premisa te quedó muy clara. Brindo por ello.

    Loved it, my BeeBee.
    Cheers!
    HD

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  4. CARLOS V:
    Hola, Carlos! Concuerdo contigo. Aprender, conocer, experimentar son "la clave" para construir nuestro camino.
    Saludos para tí y gracias por leer!
    CEO:
    No siempre lo que se ve es lo que hay. Doy fe de que Carmiña le hace honor a esa sentencia.
    Abrazo fuerte, maestro!
    HUMBERTO:
    No lo hubiese podido expresar de mejor forma, Negro querido!
    Fluyó y fluyó.
    Abrazo, beso y medalla! Porque vengo de leerte y... bueh, ya te lo dije allá. ;-)

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  5. Una persona que no se detenía en meras apariencias, la Doña.
    Claro retrato de gente que se mide en el exceso de lo exacto.
    ¿Quién tiene derecho a marcar los parámetros a quien se ha fugado de los mismos?
    Urge gente así de Batmánica.
    Bravo por capturar y transmitir éste personaje.

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  6. En el fondo doña Carmiña le tomó cariño aunque no lo quiso demostrar.
    Una historia de lo más entretenida,Bee,me quedé con ganas de más :=)
    ¡¡Besotes inmensos,reina!!

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  7. Como dice el dicho "Obras son amores, que no buenas razones". En el fondo, Carmiña era una bendita. Estoy segura de que Serafín pudo sacar adelante el negocio, viendo la pasión que sentía por los libros. Los trabajos desarrollados con cariño siempre funcionan mejor. Besotes!!!

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  8. "Ladran Sancho, es señal de que tal vez te quieren" Pongo tal vez porque algunas ladran y muerden. Mi abogado siempre me dice que tengo que poner un disclaimer.

    El relato es de una exquisitez comparable a una Crème brûlée hecha en el Ritz de París. Beso cremado!

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  9. hermoso relato.
    hechos y no palabras.
    con palabras.

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  10. al final de todo supo demostrar que le tenía cierto afecto!!!!!!!!!!

    UN TEXTO IMPECABLE E IMPACTANTE!

    abrazos Bee!!!!

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  11. Recien me levanto ...

    y la lluvia constante de Miami me trae tus palabras envueltas en papel de regalo
    Besos

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  12. Hermoso relato Bee,tan perfecto que no precisa remate. Felicitaciones y un gran abrazo a mi creadora preferida.

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  13. creo que este personaje de Carmiña es uno de los más fantástico que has creado.
    un abrazo
    carlos

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  14. CARLOS:
    Muchas gracias, Carlos! Necesitaba crear un personaje honesto. sin dobles discursos, que sin embargo al final se da el gusto de "sorprender"
    Coincido en que necesitamos mucha más gente con esa naturaleza.
    Abrazo, mi amigo!
    MORGANA:
    Preciosas palabras, Mor! Que te hayas quedado con ganas de más, me inspira a seguir creando.
    Besos miles, mujer linda!
    MI ÁLTER EGO:
    Básicamente es una historia de buena gente. Porque las hay y estoy segura que pueden ser muy entretenidas.
    Besos para tí, amiga!
    ATO:
    Jajaja!!! "Disclaimer..." Sos bravo, eh? ;-) Guauuuu!! Qué rico! Vez? Ahora me dieron ganas de algo dulce!!! Besazo, Pepe querido!
    F:
    Me encantó tu comment, F. Un resumen perfecto y lírico. Muy bueno! Gracias por leer!
    ESCARCHA:
    Carmiña era un mujer hecha y derecha! Ladraba un poquito, nomás!
    Gracias, morocha!
    Besos embrujados!!!
    MUCHA:
    Van algunos rayos de sol desde aquí para allí!!! :-)
    Besos porteños, Mucha amiga!
    PEREGRINO:
    Muchas gracias, Osval! Sentí que no tenía que terminar de ninguna manera rimbombante. Hubiese sido injusto para la simpleza de doña Carmiña.
    Abrazo grande y luego te paso lo que me pediste!
    INNOMBRABLE:
    Muchas gracias por tus generosas palabras, Carlos. Siento que Carmiña es esa clase de personas, que lamentablemente en la actualidad escasean.
    Abrazo y te leo por la noche!

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  15. Hay, hubo, habrá gente así, que tan poco muestra y sin embargo, a su manera, sabe querer bien, saben hacer el bien, sin aspirar siquiera a recibir agradecimiento. Precioso relato.

    Saludos, Borjas.

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  16. Carmina no era dura, lo que pasa que su corazón estaba escondido detrás de su choncha panza y Serafín no lo vio.


    Beso

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  17. vos sos una diosa, de la palabra y de la sugerencia, de las entretelas y sus inabarcables consecuencias. Vos sos inexpugnable, me sorprendés una vez más...con tu talento, con tu hermosura. Gracias por haberme tenido en cuenta en algún momento.

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  18. Hola Bee, te visito por una de esas curiosidades propias de una bloguera bastante reciente.
    Vengo del blog de Carlos Innombrable y me encuentro con la grata sorpresa de una narradora que, con unas pocas pinceladas, nos cuenta una historia y además nos dibuja una personajes entrañables: la gorda y el Serafín.
    Muy buen relato, escribís con mucha soltura y te detenés en los detalles necesarios.
    Muchos saludos.

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  19. ROB K:
    Muchas gracias, Rob! Una confesión? Me encantan esas personas. No alardean, :-)
    Salud!
    LA MALQUERIDA:
    Hola Flor!!! Claro! No todo lo que se ve, es. Hay que estar atentos, puede que nos perdamos linda gente por no saber "ver"
    Besos miles!
    JOSÉ ÁNGEL:
    Gracias a tí, Jose. Y yo SIEMPRE te tengo en cuenta. Estos horarios traidores... Besos porteños, guapo!
    MIRELLA:
    Muchas gracias y bienvenida, Mirella! Sos muy generosa con tus palabras. Andaré rondando tu blog en breve. También a mí me gusta conocer nuevos escritores.
    Un saludo cordial!

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  20. Ayer murió en el pueblo otra mujer. Su vida fue un alarido de belleza entre el mar caspio de tanta inmundicia en el ambiente. Ayer murió en el pueblo otra mujer. Ayer el pueblo amaneció de riguroso luto. El hombre fue a su entierro a dejarle, no una flor, fue a dejarle un jardín de rosas para que fundaran el nuevo otoño alrededor de su lápida hecha de letras. Ayer murió en el pueblo otra mujer. Se llamana Bee Borjas. Y el hombre, que durmió esa noche sobre la tierra, hoy le comenta y le manda un gran abrazo.

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  21. Por eso no sentí el frío de la noche. Sin dudas me estabas cuidando, Sarco.
    Un abrazo enorme, mi amigo querido!

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  22. Esa desfachatez de la muerte siempre me perturba y a quién mejor dejarle la librería que aquél al que cumplió con creces su cometido, obedecer sus órdenes y disfrutar de los libros.
    como siempre un placer sumergirme en estas historias tuyas tan llenas de contenido.
    Besos libreros.

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  23. Qué bonito Bee... si sigues escribiendo tan bien y siendo tan buena no podré permitirme el lujo de no venir a disfrutar y a aprender aquí. ¡Me gusta! es bueno lo que escribes. No recuerdo donde te encontré y qué dijiste que lei, donde SARCO tal vez, el poeta maldito (este tendría que haber nacido en Paris y haber alternado con Velaine, Mallarmé y compañía)no sé, pero me alegro mucho.
    Gracias por ese fabuloso mensaje, gracias. Voy a ver si puedo poner una alerta de tu blog en mi correo.

    Gracias otra vez amiga, un fuerte abrazo.

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  24. En tu relato se confirma que no existe un medidor de afecto, que el silencio, la apatía y la aspereza también esconden a seres llenos de necesidades, pero incapaces de demostrar cuánto o cuándo... Grata sorpresa la de Serafín... Como las que, de vez en cuando, nos abordan en el camino. Besotes.

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  25. GLORIA:
    Muchas gracias, Gloria! Me encantaron tus besos libreros!
    Van otros libreros para tí!
    ANTONIO:
    Gracias a tí, Antonio! Sería una alegría seguir viéndote por aquí! De corazón lo digo.
    Un abrazo enorme, mi amigo!
    MELVIN:
    Hola, Mel! Es así, no hay que quedarse con las primeras sensaciones, que muchas veces suelen ser engañosas. La vida te da sorpresas, mi amigo.
    Besos para tí!!!

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  26. A veces sucede que no todo es lo que parece. Que es mejor.
    Muy bien Bee.

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  27. Grande como su corazón, me ha encantado esta historia y más recordar este libro que Serafín leyó sin tocar... Lo tenía mi tía Josefa en su estantería y ese título no se me puede olvidar nunca, tú lo has desempolvado con esta hermosa lectura. Gracias Bee. Es un verdadero placer leerte. Genial. Un beso.

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  28. ZAVALA:
    Hola, Zavala!!! Es una alegría saber de tí! Espero que estés disfrutando, vale? Garcias por leer. Un abrazo, mi amigo!
    JULIE:
    Ves? Eres un encanto, Julie! Me conmueve que por esas cosas del hado, el libro de Serafín tenga un significado querido para tí. Doble premio es el que recibo.
    Todo mi cariño, mujer!
    P/D: Te mando mail (ya sabes que no puedo comentarte por Google +)

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  29. Bee...
    como siempre, es un placer leerte...
    Los personajes pasan dejando huella a pesar de lo fugaz del relato.
    Esta vez me tenté y creí que una historia así debía tener una continuidad, un antes y un después, pero supe que dura el instante que aparece al abrir vos una ventana, la del post.
    besos
    ella

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  30. ELLA:
    Muchas gracias, mujer! Me encantó la forma en que dejaste tu comentario. Pura sensibilidad.
    Un abrazo enorme!

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  31. Bueno, me gustó el final.
    Bien está lo que bien acaba.

    Besos.

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  32. Tú lo has dicho, Xavi querido!!!
    Beso salvaje, Toro! :-)

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  33. En ocasiones todo acaba como debe ser, lo dejaste redondo una vez más.

    p.d. ¿aceptas un encargo, sister?
    ;)

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  34. Yo creo que la señora Carmiña hacìa ver que dormía. Creo que sabía de la pasión del joven por la lectura. Por qué sino le confiaría tan valioso tesoro. Entrañable.

    Besos.

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  35. SERGIO:
    Muchas gracias, bro!
    Claro que acepto encargos! Usted mande su propuesta y se hace, vale?
    Utilice el modo que quiera, FB, mail, paloma mansajera...
    Abrazo y espero tu encargo!
    ANIKI:
    Hola, Ani! Estoy de acuerdo, Carmiña era una mujer muy especial.
    Besos para tí también!

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  36. Bueno, este relato es también excelente, menos quizás psicologista que el que leí antes pero imprevisible en su desenlace y muy bien contado. Por un momento me hizo sentir que la postguerra de España fue más dañina que la guerra misma, te felicito. Un abrazo.

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  37. Otra vez, muchas gracias! Este relato apunta a ese prejuicio que a veces tenemos las personas. Cada cual tiene su personalidad. Creo que no hay un patrón a seguir. Cada uno hace lo que puede y este era el caso de la protagonista. Y sí, la posguerra es una situación tan dramática o más. Saludos cordiales!

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