Le bonher de vivre (Henri Matisse) |
Dedicado a mi amigo Ismael Bereje Guidault,
artista sensible y bella persona
Finalmente la compañía de teatro Las Fieras arribó a la ciudad. Yo estaba muy inquieta, pues había recibido la sugerencia de presenciar la actuación del aclamado grupo un año atrás, durante una reunión de amigos en las afueras de Buenos Aires.
Las Fieras presentaban una obra muy particular. Alineados a la antigua corriente pictórica del fovismo, la pieza revelaba un universo de energía y color que conmovía los cimientos de cada espectador.
Recuerdo haber elegido un viernes del mes de Mayo para concurrir a la representación. Fui sola, tenía demasiadas ansias por asistir al espectáculo y ningún deseo de organizar los horarios de mis conocidos que -de tan indolentes- a veces llegan a fastidiarme.
El antiguo cine del barrio se había convertido en un salón cultural, en el cual los fines de semana se montaban exposiciones de arte, conciertos y festivales populares. Con la entrada en las manos, subí las escaleras experimentando un júbilo que había creído perdido. Rojos, azules y amarillos, violetas, naranjas y verdes ornamentaban el ambiente convirtiendo el lugar en un espacio de sensaciones primitivas. Arrellanada en la butaca, esperé ansiosa que comenzara la función.
Las luces se apagaron. Un grupo de artistas invadió el escenario simulando una batalla de géneros: las mujeres desplazándose como presas seductoras, mientras los hombres agazapados esperaban el turno para abordar la cacería.
De inmediato distinguí su cuerpo y por un instante casi perdí el aliento. Los recuerdos descorrieron el velo que utiliza la memoria, y se materializaron atravesando la línea del pasado e instalándose en un presente desconocido.
Cosas de chicos. Joaquín nunca lo había confesado, pero yo lo sabía. Ni siquiera se animaba a enfrentar nuestras miradas. Tal vez fue su timidez crónica o quizás mi escasa consideración, lo cierto es que no se atrevió a hablar y la remota posibilidad de un idilio se disolvió en el tiempo hasta sepultar el último vestigio de la probable aventura.
Su voz logró devolverme a la actualidad. La dicción era conmovedora, los desplazamientos firmes, y cada postura se transformaba en un gesto desafiante que me empujaron al borde mismo del asiento. Los músculos se le tensaban, su figura se destacaba del resto del grupo y aglutinaba la atención de los presentes.
Cuando cayó el telón, un aplauso cerrado retribuyó la gala que Las Fieras habían ofrecido. Traté de disuadir el delirio que se instaló en mi cabeza, pero fracasé en el intento. A los empujones fui abriéndome paso entre la multitud, incluso recibí unos cuantos insultos de mujeres indignadas por mi grosera conducta –más de un zapato padeció mis torpes pisotones- y algún que otro zamarreo del cual me deshice con idéntica vehemencia.
Me descubrió mientras recibía el abrazo de un colega. Quedamos a un palmo de distancia, uno frente a otro. Sus ojos se detuvieron en los míos durante un instante. Extendí la mano y estreché la suya absolutamente convencida de que aquel era el momento. Joaquín abrió la boca, pero no habló. No dijo nada.
Di media vuelta y salí del teatro. Afuera llovía.
Felicitaciones, de a poco me estoy convirtiendo en tu ferviente seguidor. Excelente trabajo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Leo! Abrazo enorme!
EliminarEl final requiere música de violín.
ResponderEliminarMe encantó.
Besos.
Muy bueno, Xavi! Violines, entonces! Me encanta que te haya gustado.
EliminarBesos salvajes, Toro Loco!
Llueven joaquines
ResponderEliminarMuy bueno, Fernando! Excelente definición. Beso para vos y otro para Jordi!
EliminarInstantes, simplemente instantes que, a veces, nos cuestionamos toda la vida preguntándonos ¿qué hubiera pasado si...? Muy bueno Bee, toda una gala teatral de vida... Abrazo
ResponderEliminarAsí es, Osvaldo. Instantes, a veces geniales, otras decididamente fatales. Abrazo, amigo querido!
Eliminar¿Pero y cómo no dice nada? Un pasmado, este Joaquín... Jajaja. Besotes.
ResponderEliminarJajaja!!! Se quedó mudo, el pobre... Vaya a saber que pasaba por su cabeza.
EliminarBesos para tí, mujer!
Como diria Joaquin, "No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió". Me gustó mucho Bee, un besote.
ResponderEliminarMuchas gracias, Re! Muy buena la frase. Te deja ese nudo en la panza, viste?
EliminarBesazo, reina!
No es mia la frase, es de Joaquin Sabina, otro beso.
EliminarTouché! Otro Joaquín!
EliminarImpecable!! Hacía rato que no mandaba algo para el "ya sabés dónde" (no, ahí no, ché!)
ResponderEliminarEncima cuando vi Matisse me acordé de ese artista tan relegado que tenía. Y no pude evitar leer la frase que publica Renate. Le cabe como un guante a tantas cosas en la vida y al igual que Borat, espero que algún día Pamela Anderson temine por darme bola. Beso grande!
Jejeje!!! Ya sé donde, nene! ;-) Muchas gracias! Ufff, Matisse... Pintor de la hostia! Y con respecto al tema "Pamela", quedate tranqui, Los Torronteses vamos a hacer una oración todos tomaditos de la mano e implorando al eterno que se opere el milagro! Beso grande, Tiger!
EliminarAy, ay, ay.... a veces, ni las segundas oportunidades alcanzan. Pobre Joaquín!
ResponderEliminarLeyendo tu relato recordé la película El secreto de sus ojos, ¿la viste? Ahí pareciera que, aunque tarde, vale la pena decidirse a abrir la boca.
Un cariño, Bee.
Hola, Betina! Si, claro que vi "El Secreto..." Menos mal que en la peli, se animaron a hablar.
EliminarOtro cariño para tí, mujer!
Es que muchos sentimientos necesitan de luces, colores y espectadores para ser expresados, en el silencio de los bastidores no es lo mismo.
ResponderEliminarY seamos sinceros, Joaquín ya estaba en otra, es que ella no sabe entenderlo, es ella quien se quedó en el pasado.
A big kiss, my BeeBee.
HD
Jjajaja!!! Me gusta que te hayas puesto del lado de Joaquín. Te aliaste al muchacho. Yo no lo tengo muy seguro el tema. Por momentos y mientras escribía la historia, podía ver a Joaquín y sentía que en realidad, nunca pudo superar esa timidez que ella le provocaba. Bah, no lo sé. Viste como son los personajes, algunos son muy abiertos, otros ni siquiera a los escritores nos cuentan la verdad. ;-)
EliminarKisses for you, milord!
COINCIDO CON TORO... A ESE FINAL LE HACE FALTA UNA BUENA MUSICA...
ResponderEliminarQUE BARBARAAAAAAAAAAAAAAAAA
ME GUSTÓ MUCHO Y ADEMAS PIENSO QUE TU AMIGO DEBE ESTAR MUY ORGULLOSO.
UN ABRAZO
CARLOS
Jajaja!!! Escucho sugerencias de música, entonces!!! Muchas gracias, Carlitos!
EliminarOtro abrazo para tí!
hermoso texto Bee!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarabrazos
publiqué con otra cuenta!!!!!!!!!! perdón!
ResponderEliminar:-)
HERMOSO TEXTO BEE!!!!!
(ahora si soy yo)
Ajajajaja!!! Diana, me matás con estas cosas! Te quieroooooooooo!!! Besos embrujados, amiga!!!
EliminarMe he quedado mucho (también).
ResponderEliminar¿Para cuando el libro recopilatorio?
;)
Se viene en cualquier momento, bro! Y un ejemplar seguro cruzará el Atlántico y anclará en Valencia! ;-) Abrazo!!!
EliminarSe siente la desilusión. Se sufre. Esos momentos de indecisión...
ResponderEliminarQué bien narrado, Bee, Abrazo
Muchas gracias, María! Otro abrazo para tí!
EliminarP/D: Me voy a visitar tu blog (Blogger me está actualizando tarde)
"De lo que no se puede hablar es mejor callar". Ese Joaquín había leído bien a Wittgenstein.
ResponderEliminarY como todos, también yo disfruto de tu modo de contar.
Te saludo, Bee.
Excelente reflexión, Rob. Muchas gracias y yo disfruto de tu visita.
EliminarTe saludo y de paso un pedido: Cuando quieras, te escribís algo? Se extrañan tus letras. Y sabés que no es chupamedismo. Es real. Abrazo!
El relato se disfruta en las palabras que eliges, la historia no ha salido del estado de perplejidad a través del tiempo, como si Joaquín fuese una figura del cuadro de Matisse y la espectadora emocionada la luz que espera un milagro.
ResponderEliminarAbrazo, BEE!!
Eduardo hiciste un comentario que es una delicia, porque enlazas a los personajes desde donde intenté mostrarlos. Muchísimas gracias, maestro!!!
EliminarAbrazo fuerte!
Después de admirar un Matisse, cualquier delirio, multitud o Joaquín es pecata minuta, con bocas cerradas o abiertas.
ResponderEliminarTe quedo de pieza de museo.
Besos!
Tienes razón, querida Sara! Después de un Matisse, sobran las palabras. Gracias por leer y acercarte hasta mi casa. Besos para tí, mujer!
EliminarEl final me produce un escalofrío por la nuca, un estremecimiento, al saber que la vida también es así, como la cuentas en cada detalle que das, al mismo ritmo que lo escribes y piensan los personajes. Lo que pudo ser y no fue, lo que yo quise que fuera y el otro no hizo lo que yo desee que hiciera, por que a pesar de saber lo que yo quería, algo se lo impidió, tal vez no fuera por lo que yo pensaba, igual no me detuve en su necesidad de no manifestarme nada, y a mi me llenó otra vez de ese nada suyo. Esto que te digo es lio de vivir, tal y como lo lio cuando lo escribo. Lo que a mi me parece, que no es exactamente lo que cuentas, pero que yo lo interpreto por esa rendija que nos dejas: el teatro de la vida.
ResponderEliminarBesos, MAESTRA.
Antonio, has dado en la tecla. Ese fue otro de los motores que condujeron este relato: puro ritmo, por mal que nos pese. Si te quedas, las circunstancias te pasan por arriba. "Es lío de vivir" así exactamente como lo defines. Desde el teatro de la vida, te envío un beso y un gracias eterno!
EliminarUf! La descripción de Joaquín me dió ganas de ir corriendo a su encuentro. Segunda oportunidad descartada... tal vez la vida les dé una tercera y él pueda reaccionar. Impresionante relato.
ResponderEliminarMe encantó eso de ir corriendo, Marinita! Y quien te dice, tal vez, la tercera sea la vencida. No se garantiza el resultado, pero por lo menos que se hablen, no?
EliminarBesos miles, mi reina!
Las fieras suelen amedretarse con los animales más insignificantes... Joaquinito seguía sin estar preparado para el encuentro... Aún a pesar de vestirse en piel de bestia... Su silencio habló de nuevo... Por qué hacemos esto los seres humanos??? Qué hay tan terrorífico que nos paraliza incluso en los momentos más importantes??? Mil besos Bee... Desde el anónimo Melvin y el nombre que esconde su verdad... Eres muy especial para mí, ya sabes. Muakatrakatá.
ResponderEliminarVes? Así de simple son las cosas. Uno escribe y sabe que "esa" persona va a comprender la historia de principio a fin. Porque se vibra en la misma sintonía y las experiencias se viven desde las entrañas. Y tú sabes que eres un preciado regalo de esta vida tan misteriosa... Besazo con el corazón, querido Mel! Y gracias! ;-)
EliminarSutil y bello. Más allá de mis ventanas brilla el sol pero, luego de leer tu cuento, siento ese afuera lluvioso.
ResponderEliminarAplausos, querida amiga!!!!
Muchas gracias, Patricia querida!!! Recibir tus generosas palabras me alienta a seguir andando este camino tan apasionante: escribir, escribir y escribir.
EliminarBesos miles vuelan hacia Córdoba y se cuelan por tu ventana! Se te quiere, Nasello!!!
Creo que la "fiera" volvió a pecar de mansa. Hay limitaciones que se arraigan aun más en las personas con el paso del tiempo .
ResponderEliminarBesos habladores.
Ni más ni menos, amiga. El paso del tiempo no garantiza los cambios, verdad? Besos porteños para tí, querida Gloria.
EliminarMe encantó: “Los recuerdos descorrieron el velo que utiliza la memoria“
ResponderEliminarY ... pobre Joaquí, habría que haberle dejado unos minutos más para que se recobrase y le acariciase con su conmovedora dicción.
:( Me quedé casi tan planchada como él.
Un beso.
Me encanta que te haya gustado, Ishtar. Tienes toda la razón, tal vez si le hubiese concedido un poco más de tiempo...
EliminarY no te quedes planchada, mujer! ;-)
Otro beso para tí, mi amiga!
Estupendo el desarrollo del relato, el espectáculo puede verse, y todos hemos participado de la espectación de ella por encontrarse con Joaquín, al final, bueno, ella esperaba un contacto verbal y solo hubo un apretón de manos. Ay, el paso del tiempo.
ResponderEliminarFelicidades, Bee.
Un beso
Sete
Muchas gracias, Sete!!! Y me quedo con tu frase: "Ay, el paso del tiempo"
EliminarOtro beso para tí!!!
En el gesto de estrechar la mano está toda la impotencia del pasado y la que estaba por venir. Estupenda la sensación de estar atrapados en nosotros en lo que no podemos dejar de ser.
ResponderEliminarBesos Bee
Muchísimas gracias, Jaal!!! Es cierto, en ese apretón de manos quedaron atrapados, quizás para siempre.
EliminarBesos enormes!!!
Lo que cuentas es algo que reconozco en mi memoria. tal vez porque me ha sucedido; quizá pertenece a un fracaso más de entre un apretado mazo.
ResponderEliminarMe resultó agradable la forma tan natural y sincera en que desgranas este relato. Se hace agradable y cálido. Sobre todo al final, con ese reconocimiento de amistad y quien sabe si de algo más...
Besos.
Hola, Jose!!! En mayor o menos medida, todos atravesamos pequeñas o grandes frustraciones. La clave es no quedarse en ese sinsabor y volver a empezar. Muchas gracias por leer y otro par de besos para tí, mi amigo!
Eliminarte creces, cada día descubro un nuevo matiz de ingenio en tus relatos. Está claro que las dudas y el amor nunca hicieron buenas migas, aunque se tratara de panes recién horneados.
ResponderEliminarBesos interplanetarios.
Muchas gracias, Jose! Sos muy generoso conmigo. Y me dejaste pensando con tu reflexión... Tienes toda la razón! ;-)
EliminarBesos porteños atraviesan el Atlántico, guapo!
(Mientras todo eso pasaba dentro del teatro, afuera, a dos cuadras de allí, sentada en las gradas de una tienda de ropa femenina, una niña se miraba el brazo derecho sin entender por qué su padre la había golpeado de esa atroz manera)...
ResponderEliminarBeso.
Y no sólo pensaba eso, si no que también intentaba no imaginar que otras salvajadas le depara esa vida horrenda que le toca vivir... Tiempos violentos estamos viviendo, querido Sarco!
EliminarBesos para tí, amigo mío!
Me ha gustado muchísimo Bee, son esos momentos inolvidables, tesoros, que no se pueden abrir facilmente, fascinación indescriptible para el sueño... Sólo para el sueño
ResponderEliminarque no puede comprobarse, tal vez por eso, porque llueve... Excelente final. Un muy fuerte abrazo.
Me fascina la forma en qué lees mis historias, querida Julie. Tienes esa sensibilidad que sobrevuela el texto y lo enriquece. Eres una luz brilante, mujer linda! Mi cariño para tí!
EliminarNo hay nada mejor que una mujer bonita para dejar sin palabras a un tímido.
ResponderEliminarFdo: Gran Tímido.
Besos, Bee.
Jajaja!!! Vamos, Jose!!! No me digas eso. Tú si eres modesto, guapo! Y creo que puedes enfrentar a cualquier dama. Solamente debes proponértelo.
EliminarBesos para tí!
No puedo evitar quedarme en la reflexión a cerca de por qué razón vivimos tan disociados, por un lado lo que se siente y por otro lo que se hace.
ResponderEliminarTus textos tienen esa particularidad Bee, me disparan mucho más allá de tus letras y el escritor desaparece.
Es un logro por cierto. Felicitaciones.
Hola, Gaby!!! Exactamente eso: Disociación. Porque en el remoto caso de no coincidir con el sentimiento del otro, por lo menos te queda la calma de haberlo intentado.
EliminarNo tenés idea la felicidad que me provocan tus palabras finales. Saber que te perdés en la historia y que el escritor solamente es el medio. Muchas gracias, linda Magah!!! Besos miles, reina!
Afuera llovia ...
ResponderEliminarPude ver la luna
mientras el agua se me metia
entre el alma de lo que pudo ser
Mi gran amor
Uno de tus mejores trabajos
ResponderEliminarLa realidad que se vive a diario
De lo que hacemos...
Hicimos...
creamos
amamos...
sentimos...
Un abrazo de Mireya
que fue creada por vos
"Love is like pi - natural, irrational, and very important."
ResponderEliminarMIREYA
jajaja
Tan cierto: lo que hacemos, lo que dejamos de hacer... Y las consecuencias de esas acciones. Pero vamos por más, mujer!!! A animarse y a no quedarse quieta!
ResponderEliminarPara la Mireya de Miami (con perfume a jazmines de barrio de Belgrano) besos bien porteños!
Y entonces... está escrito... él no se animó, pareciera no haber más oportunidades, tomar el camino de la cobardía, já... muy de estos tiempos por cierto... el silenciarse, el dejar todo suspendido, gracias que al menos estaba la lluvia!!!
ResponderEliminarBeso Bee :)) grande, bien grande!
Muy bueno, Ax!!! La lluvia que todo lo sana. Y ahora me haces pensar: quizás el que quede suspendido les de otra oportunidad, no? Quizás alguno se deja de tontear y da el primer paso (sin importar las consecuencias)
ResponderEliminarOtro beso para vos, guapa! No mejor dicho: Re-guapa!!! ;-)
Me robaste mi numero preferido el 69
ResponderEliminarBueno me conformo con el 70
bello lo que me mandaste realmente bello!!!
Jajaja!!! 69... De nada, Mucha!!!
EliminarAlgunos seres humanos solo hablan cuando están representando el papel de otros. Parece que viven la vida de otros.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Gran observación, Amando. Necesitan otra piel, pero cuando debe aparecer la suya... Ahí viene el problema.
EliminarOtro abrazo para tí, amigo!
BRAVO Belleza, o debo decir BEElleza.
ResponderEliminarLograste un supremo anticlimax que demuestra como nos la tienen ganada los perros.
Carlitos, sos un caballero gentil y encantador. Beso enorme! ;-)
EliminarHola, Bee.
ResponderEliminarMagnífico texto y mejor desenlace...
Eres grandísima, me encanta lo que cuentas y el estilo literario que tienes.
Felicitaciones, guapetona.
Un beso muy grande.
Muchísimas gracias por tu generosidad, Towanda! El mejor premio es que te guste la historia. Otro beso enorme para tí!
ResponderEliminar