Ladrillo sobre ladrillo había construido un imperio editorial. Una pareja de zorzales atravesó el cielo en el momento durante el cual el gerente de la compañía hablaba sobre el éxito de la última producción. Aunque se hallaban a menos de dos metros de distancia, la voz del hombre retumbaba lejana; curiosamente aquellos pájaros parecían estar al alcance de su mano.
Desde pequeño fue considerado una criatura especial. Su psiquis, casi inmaculada, lo dotó de innumerables oportunidades para desarrollarse en cualquier medio. El juego con el mundo exterior jamás le había ocasionado problemas, quizás -si escarbaba un poco bajo la superficie- podría llegar a encontrar alguna grieta. Esa posibilidad remota, pero posibilidad al fin, lo estaba perturbando desde hacía un par de semanas. Fluctuaba entre noches de insomnio y sueños inquietantes en los cuales su naturaleza humana se manifestaba deshilvanada, a punto de desaparecer.
Estrategia, tendencias del mercado, ganancias, alto rendimiento; esos eran los conceptos que le consumían cada hora del día. Se descubrió pensando: “De haberlo sabido, no lo habría hecho”.
Tembló. Ahí estaba otra vez esa reflexión inédita, pero tangible.
Despachó al gerente utilizando una excusa poco menos que absurda y corrió hacia el baño. Abrió el grifo, humedeció los párpados intentando despejarse, mas al levantar la mirada recordó una frase de un viejo profesor de literatura latinoamericana, quien a pesar de odiar a Borges, lo citaba muy a menudo: “Estoy solo y no hay nadie en el espejo”.
Regresó a la oficina asfixiado por la revelación. Después de llamar a su secretaria, la esperó hundido en el sillón. Alicia entró en silencio, el taconeo de sus zapatos fue atenuado por la gruesa alfombra que recubría todo el lugar. Le dedicó un significativo vistazo y, acercándose por la derecha, susurró preocupada:
“Se está deshilachando, señor".
Antes de abandonar el salón, la mujer deslizó un neceser sobre el escritorio. Trémulo, enhebró el hilo en la aguja y al clavarla logró sofocar un quejido de dolor, sin embargo no pudo evitar que unas gruesas gotas de sangre le mancharan la pechera de la camisa.
¡Lo has bordado Bee!!! Menos mal que la "secre" lo advirtió a tiempo!!!!! Me encantó, anotalo, please (ya sabes para que) Gran abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Osval. Ya lo anotamos ;-) Abrazo fuerte!
EliminarBonito relato que te transporta del realismo al surrealismo de la vida. A veces no somos más que frágiles y deshilachados muñecos de trapo, se me ocurre pensar. Y creo que tú ya lo has dicho....
ResponderEliminarUn inmenso abrazo Bee.
Espero que todo te vaya bien. Me refiero a que estés a resguardo de ese calor asesino que pulula por aquellos lares. Aquí en cambio esta mañana las manos se me dormían del frío... Ya ves, contrastes en un planeta que lo tiene todo y nosotros nos empeñamos en dejarlo sin nada.
Hola, Jose. Lo primordial es saber darse cuenta antes de que sea tarde. Y es verdad, este relato navega entre dos aguas muy propias de la vida.
EliminarAbrazo fuerte!
P/D: Por ahora, el calor nos está dando un respiro. No sé hasta cuando durará. Y coincido contigo: estamos haciendo demasiado daño :(
Tú sí que no das puntada sin hilo, querida.
ResponderEliminar;)
Me encantó! Sencillo y contundente. Abrazo, Brownie!
EliminarPor algún lado siempre salta la hilacha.
ResponderEliminarExcelente, Bee!
Ni más ni menos, mi amiga!
EliminarAbrazo grande, Male!!!
Excelente imagen escrita!! El dotado para que le vayan bien las cosas en cualquier cosa, la bandada de zorzales que vuelan libres en el cercano cielo al alcance de la mano y sin embargo la grieta, la culpa de su elección y la soledad que lo deshilacha!!
ResponderEliminarFantástico fresco, BEE, estás en un momento de plenitud creadora, aplausos!!!
Muchas gracias, Edu. A veces teniendo "todo" no se tiene "nada"
EliminarBesos para vos!
Es que los ladrillos son rojos como la sangre, era esperable. Por suerte tenía una secretaria que le alcanzara los elementos para que intentase coserse, o matarse a pinchazos de una vez. Otros no tienen ni esa suerte y acaban frente al espejo sin cuerpo al cual lastimar.
ResponderEliminarNo querría ser ninguno de tus personajes, los tratas MUY mal.
A big kiss, my BeeBee.
HD
Jajaja!!! Soy una cretina. Es que este me salió muy "armadito" Se creía muy sólido y estaba agrietado.
EliminarKisses & hugs, milord.
P/D: Thanks for all. :-)
Como siempre avanzas con talento.
ResponderEliminarEn éste caso aparece una vida contradictoria y anticlimática.
Un materialista como él difícilmente tendría una vivencia tan poética y frágil como estarse descosiendo.
Me gustó que lo dejaras en situación de "a primera sangre."
Muchas gracias, Carlitos. Creo que intenté darle una chance de redención. Pero viste como son estas cosas, una dispone y el personaje hace lo que quiere ;-)
EliminarAbrazo!
Este tipo bien podría ser el de Planeta, o cualquier otro, llegado el momento en el que descubre una grieta, una fisura de humanidad. A pesar de ser seres diabólicos empresariales casi perfectos y construir grandes imperios, no pueden prescindir de las personas de las que se rodean para seguir estando en el mundo. Y tienen que sufrir: "en medio de tanta gente que solo estoy". Aunque el sentimiento debe ocupar el tiempo de un suspiro.
ResponderEliminar¡Es muy bueno Bee!
Abrazos
Hola, Antonio. Como decía en otro comentario, me interesó otorgarle una chance de redención, pero no estoy segura que el protagonista la acepte. Quizás intentó hilvanarse por miedo, no por convicción.
EliminarMuchas gracias y abrazo fuerte.
Hilvano tu próximo éxito editorial grupal con una reciente publicación tuya en FB sobre la soledad, le agrego la inquietud del debut con Tigre y en las palabras ficticias del Zorzal Criollo, que era burrero te digo: Tranquila pebeta, mañana 31-1 arranca el Año de La Shegua de Madera. Salvo para las pobres Ratas, va a ser un año de la ostia! Beso grande!!
ResponderEliminarMañana arranca el año de los caballitos???? Espectacular, Pepe! Vos sabés que confío en tu ojo clínico para estas cosas. Y no se preocupe, las ratas tienen amigas yeguas que siempre los van a ayudar. Pero eso ya lo sabés ;-)
EliminarBesazo!
P/D: Firmamos un empate? Daleeeeeeeeeeeeeeee!!!!
Yo tengo tantos remiendos a estas alturas, que no podría ni contarlos. Un besote!!!
ResponderEliminarJajaja!!! Eres una genia, Flaca! El que no tenga un remiendo que arroje la primera piedra!
EliminarBesos miles!
El hombre vivía en su propia nebulosa irreal. Menos mal que alguien salió del espejo y corrigió la avería. Me parece un relato muy muy logrado.
ResponderEliminarUn abrazo Bee
Muchas gracias, Jaal! Espero que el hombre este sepa aceptar esa ayuda.
EliminarOtro abrazo para tí, amigo.
Punto 1: Felicitarla por el relato
ResponderEliminarPunto 2: ¡¡¡Yo necesito a esa Alicia!!!
Besos.
Punto 1: Muchas gracias, Rob!
EliminarPunto 2: Jajaja!!! me hiciste reír con ganas!
Aceptados los besos y yo te envío los míos. ;-)
Uf y más uf...Has hilado muuuy fino, ¿eh, Bee?
ResponderEliminarEl texto me ha gustado tanto como los comentarios vertidos por tus lectores, mis impresiones tras la lectura se parecen mucho a lo que te comenta Carlos de la Parra.
Un abrazo, talentosa.
Setefilla.
Muchas gracias, Sete, Este relato es una mezcla realista y surrealista. Necesitaba darle esa vuelta para sentirlo diferente.
EliminarUn beso grande, amiga.
Cuando se vive para construir hacia afuera, no se percibe que se están abriendo las costuras interiores. Por dentro somos sumamente lábiles y cada tanto hay que echarle una ojeada a esas grietas, para que no se profundicen en el único edificio que vale: el nuestro.
ResponderEliminarMuy bueno, Bee, el final es superlativo.
Besos.
(Me encanta el nuevo header, con los colores acordes a este verano)
Sin dudas, Mirella. Y la cantidad de gente que conocemos y no hace otra cosa que vivir para afuera y poner toda su energía en cosas que tarde o temprano no sirven para nada.
EliminarBesos para vos, guapa.
P/D: Muchas gracias! Y es verdad el header se inspiró en este veranito bien heavy que tenemos... Y también en quien subscribe, ya te dije que soy "roja" por naturaleza? Energía constante y sonante ;-)
tu talento se derrama...
ResponderEliminarmuy bonita la nueva imagen del blog.
abrazos
carlos
Muchas gracias, Carlos! Y sí: año nuevo, imagen de blog nueva.
EliminarAbrazo fuerte, amigo.
Si se descose de aquella forma se puede deducir que esta muy mal confeccionado. Habrá que ver alguna otra artesanía para mantenerlo vivo.
ResponderEliminarMuy buen comment, Quiltra. Creo que tiene un arduo trabajo por delante! Saludos, amiga.
EliminarMuchos deshilachados deambulan por los aparadores de los "triunfadores", luego ya no quedan para zurcidos, ni siquiera un rápido hilván.
ResponderEliminarBordadito a mano te quedó, Bee!!
Gran abrazo!
Muchas gracias, querida Sara. Y la cantidad de estos personajes que andan, en apariencia, fuertes y que en verdad, son puras grietas.
EliminarAbrazo fuerte, amiga bella!
hermoso texto mi querida amiga!!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Muchas gracias, morocha querida!!! Abrazo embrujados!
Eliminar(ME GUSTA EL CAMBIO DE TU BLOG ;-) )
ResponderEliminarViste? La imagen es de un eclipse y justo captaron el vuelo de esa bellísima ave... Me encantó! Luego la edité en rojo (obvio) y así quedó. la veo y me siento identificada. Libre y atravesando el cielo.
EliminarBeso, amigaza!
Genial texto que como siempre nos hace meditar.
ResponderEliminarSaludos
Muchísimas gracias, Nel. Un beso para tí.
Eliminarwowwwwwwwwwwwwwwwwwww
ResponderEliminarcuantos cambios me gustan ....Desilvanar Hilvanar
Genial el texto.
Renovarse es vivir, Mireya. Muchas gracias, mujer linda!
EliminarEstas de rojo muchacha .
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Así es, Mucha. Como dije más arriba: soy color ROJO por naturaleza. Energía pura. Además el ave que va cruzando ese infierno ardiente pero pareció genial.
EliminarOtro abrazo desde la lluviosa Buenos Aires!
Me encanta tu nuevo diseño, Bee, tal vez por el rojo... Y respecto al cuento, me encantó,
ResponderEliminarcuando una buena escritora hace bien su trabajo... lo remata. :))) Un placer leerte y pensar todo lo que sugieres... Mi felicitación.
Muchas gracias, Julie! El placer es mío. Tenerte por aquí es toda una alegría.
EliminarMi cariño para tí, querida amiga.
Cuantos deshilachados por el mundo... Menos mal que éste, contaba con una secretaria inteligente.
ResponderEliminarCariños, Bee
Es verdad, mi amiga. Andan con las hilachas colgando... Este tuvo suerte.
EliminarBesos para tí, Socorro.
Quizá cada puntada de dolor sea el único camino para hacerle sentir vivo, sentir que aún hay alguien a este lado del espejo.
ResponderEliminarHa sido muy inquietante.
Ese sol rojo del inicio es fantástico, todo fuerza, todo fuego. Me encanta!
Un besito Bee.
Hola, amiga. Creo a veces se necesita una buena sacudida para comprender que no estamos haciendo las cosas bien. Lo ideal sería no llegar a ciertos extremos, pero...
EliminarMe alegra que te haya gustado ese sol, Ishtar! Yo lo vi, y me fascinó.
Besos miles, guapa!
¡Qué pasada de relato! (como te dirían acá).
ResponderEliminarMe ha encantado, cuando la secretaria le dice que se está deshilachando no te lo esperás para nada. Me gusta mucho la doble lectura que tiene (o por lo menos la que yo veo).
Qué bien escribís Bee, además a mí el género de microrrelato cada vez me gusta más...
Un beso grande, ahora mismo acaba de empezar a nevar en Madrid, es que en tu comentario me acuerdo que me ponías que en Buenos Aires estaba lloviendo...
Muchas gracias, Eva. Y me alegra mucho que hayas visto la historia como yo la imaginé. Ese es un lindo premio.
EliminarY te sigo mandando besos con lluvia... Ufff!!! No deja de llover! Nieve en Madrid, un sueño para mí.
Las grietas del espíritu huidizo, el que suele soñar con hacer lo que el cuerpo o la mente no le permiten, se debieran descoser sin mayor problemática que esas manchas de sangre o ese desaliento o esa mirada vacua en el espejo... Lamentablemente tememos tan jodidamente deshacernos, que nos cosemos y remendamos huyendo de ese peligro inminente de la fragilidad que, sí o sí, llegará algún día sin demasiada demora. Certero y doliente relato, maga de las palabras. Te quiero amiga. Un besote.
ResponderEliminarQué bien los has dicho, Mel! Me fascina todas las lecturas que van naciendo de cada uno de ustedes. No hacen más que enriquecer la historia. Yo, feliz. Yo también te quiero, amigo. Otro beso para tí!
EliminarHay personas que están formadas de costurones rehechos una y otra vez y parecen de una pieza de una hechura magistral , es la apariencia que quieren dar pero cuando miras bien, sus costuras estan hilvanada con hilos de pura fragilidad.
ResponderEliminarComo siempre un placer para mis ojos son tus letras.
Besos de gofio.
Es verdad, Gloria. Parecen criaturas muy macizas, moles de seguridad y en realidad esconden una fragilidad sorprendente.
EliminarEl placer es mío al tenerte por aquí.
Besos porteños, guapa.
No le va tan mal al tipo: un viejo profesor que odiaba a Borges, una secretaria con costurero... Algunos, que no tenemos tanta suerte, parecemos retales sueltos por los cajones.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
No es tan así, Amando. Tú eres un "todo" estupendo.
EliminarAbrazos!
Luego, en lla vida no hay nadie que te advierta que tienes hecha tirones el alma y caminas sin darte cuenta que vas dejando trozos de vida por los caminos.
ResponderEliminarBeso Bee
Por eso creo que debemos estar atentos, linda Flor. Para no deshilacharnos en el camino.
EliminarBesos porteños, amiga.
Que buena esa frase de Borges.
ResponderEliminarVoy al espejo ahora mismo.
Besos.
Vaya mi Toro Loco!!! Y espero que ahí encuentre a mi querido Xavi!
EliminarBesos salvajes!!!
gracias por borges
ResponderEliminarme encanta la metáfora deshilachada
Muchas gracias, Fernando. Me gustó lo de la "metáfora deshilachada".
EliminarUn beso.