Nunca lo odié. No es verdad, quizás lo odié cuando casi me mata a la salida del café Gangplank. Aceleró el maldito Volkswagen 67 y -sin el mínimo escrúpulo- se lanzó con esa máquina inmunda desgarrando la piel de mi tobillo. Sacó la cabeza por la ventanilla y entonces vi aquellas cicatrices atravesándole la cara: las detestaba más que a los críticos que intentaban involucrarlo en un movimiento social al cual no quería pertenecer. Abrió la puerta del auto, separó una pierna y empezó a mover el pie izquierdo siguiendo el compás de alguna canción que solamente él escuchaba. Mientras repiqueteaba los dedos sobre su barriga me miró y gruñó algo como:
-¿Vas a subir o no?
Supongo que acepté la propuesta porque estaba tan ebria como él. Más que un viaje fue una tortura. Yo lo provocaba, le hundía mi uña colorada a lo largo del brazo pero sólo conseguía hacerlo reír. No abrió la boca en todo el trayecto hasta llegar a su departamento en DeLongre Aveneu, al este de Hollywood. Decidió subir por las escaleras de emergencia y después de arrojar una botella vacía de cerveza, se volvió susurrando:
-Me gusta que no conozcas mi nombre.
Estaba en lo cierto. Para mí no era más que un viejo bebido, sucio, que iba a pagarme por un rato de pretendido placer. Entonces el destino pegó uno de esos giros inesperados y lo blanco no fue tan blanco, ni lo negro fue tan negro. Con el tiempo descubrí que sus únicas pretensiones eran emborracharse, conseguir hojas para su máquina de escribir y papel para el baño. Ustedes saben a qué me refiero. Esas eran sus verdaderas prioridades. El resto, un apartamento atiborrado de desperdicios, peleas en cantinas de mala muerte, las eternas discusiones con Linda y cuando llegaba la calma, engullir un taco mientras disfrutaba alguna puesta del sol detrás de las colinas.
Un día encontré una carta que estaba escribiendo; por supuesto la curiosidad pudo más que el respeto y comencé a leer. Decía:
“Puedes irte a la cama el miércoles por la noche siendo un plomero y despertar el jueves por la mañana siendo un escritor. Este es el mejor tipo de escritores. Por sus arduos intentos; o por otro lado, porque se vuelven famosos y todo lo que escriben es publicado y ya no tienen que buscar más. La muerte tiene muchas avenidas”.
Empecé a quererlo y -a su manera- él también a mí. Por esa razón cuando escuchaba las pisadas de su esposa en el pasillo, me calzaba los tacones, acomodaba la falda, escapaba por la ventana y luego gritaba a todo pulmón:
-¡Bukowski, llegó tu mujer!
Tan fácil que nos diste un tour por el mero centro del Beat... Signorina, está usted con una magistralidad que fascina!!! Mil felicidades.
ResponderEliminarMuchos besos!
Muchas gracias, Sara. Eres muy generosa, amiga. Besos para tí también!
EliminarHank hace dialogar a sus personajes como nadie. Lo hace tan fácil que parece que escribir un buen diálogo lo puede hacer cualquiera. Has transmitido muy bien la atmósfera de suciedad, del calor de Hollywood, de una existencia difícil de digerir. Por ahí estaban las carreras de caballos, la música clásica que sonaba en una radio, los ríos alcohol y por supuesto las mujeres.
ResponderEliminarBesos Bee
Gracias por leer, Jaal. Realmente fue una época y una existencia bien movida. Tan densa como intensa.
EliminarBesos, amigo.
Lo adiviné.
ResponderEliminarDesde el principio.
Este si que era un escritor de raza.
No un atildado juntaletras en busca de fama y dinero.
Besos.
Hola, Xavi. Sin dudas es de esos escritores a los cuales se los ama o se los odia. En mi caso, me parece genial que -sin importar la profesión o el oficio- las personas intenten ser fieles a sí mismos. Y Hank, sin dudas lo era.
EliminarBesos salvajes, mi Toro.
¡Muy bueno, Bee! Es una verdadera suerte haber vivido un episodio de la vida de este viejo excesivo, o haberlo creado de esta manera tan magistral y afortunada, a la tuya, siempre tan interesante.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, Antonio. Es toda una aventura internarse en algunos mundos. Seguiremos andando caminos.
EliminarAbrazos para tí.
Querida Bee, Bukowsky estaría orgulloso...
ResponderEliminarHappy week, sis.
(Fíjate que mi comentario iba a ser el mismo avanzada ya media lectura)
Jajaja!!! Insisto esto es "love of brother" ;-) Buena semana, dear Brownie!
EliminarLo major que he leído en éste género de la Bukowskyfilia, y mira que es abundante.
ResponderEliminarBesos y que siga tu ascenso.
Carlitos eres muy generoso. Este relato intentó recrear -humildemente- un momento en esa vida caótica y prolífica.
EliminarBesos miles.
CORRECCIÓN ; mejor en vez de major, ésta máquina cambia lo que yo escribo por un extraño glitch en su programación.
ResponderEliminarJajaja! No te preocupes, la tecnología nos juega esas pasadas a cada rato.
EliminarExcelente! Me han fascinado los giros que contiene este relato, no te has conformado con el giro final, que es una revelación que da sentido al resto, sino que has ido a por más incluyendo otras sorpresas. Gracias por hacernos mirar a Bukowsky en este relato tan elaborado y disfrutable, querida.
ResponderEliminarUn abrazo admirado.
Setefilla.
Eres muy amable, Sete. Te confieso que fue toda una odisea caminar ese mundo tan denso. Es difícil para mí posicionarme en situaciones tan lejanas a mi forma de ser. Pero justamente esa es la parte de la literatura que más me gusta: el desafío.
EliminarUn abrazo enorme.
No sé si yo hubiera podido quererlo de estar en el lugar de esta señorita. Es fácil amar sus palabras pero tiendo a huir de las almas atormentadas. Atraen, sí pero a la larga te arrastran en su tormento. Un besote!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Flaca. Demasiado oscuro para mí. No su obra. Esa parte si me interesa. Pero su vida fue -claramente- densa.
EliminarBesos miles!
Bueno, ahora nos diste un paseo por una de esas vidas agitadas. Simplemente un relato magistral hasta donde lo más simple adquiere otra trascendencia... Muy bueno Bee ¿Para cuándo tu propio libro...? Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo querido. Y el proyecto está. Vamos a hacer lo posible y lo imposible también ;-) Abrazo!
EliminarUn homenaje a la altura del homenajeado. Brillante, Bee. Saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Rob. Me alegra que te haya gustado. Seguiremos intentando. Saludos para vos.
EliminarCreo que reafirmas una vez mas el por que te he incluido en mi Macondografia,
ResponderEliminarbesos y abrazos
carlos
Eres muy gentil, Carlitos. Te agradezco mucho y esta noche leo tu macondografía.
EliminarAbrazo fuerte.
Muestras la bohemia inteligente del llamado "realismo sucio", y lo haces de una forma brillante, Bee. Decirte que me ha encantado es poco. Te superas cada día. Te felicito. Un verdadero placer leerte.
ResponderEliminarEl placer es tenerte por aquí, Julie. Y sabes que lo digo de corazón. Lo mejor es si logré entretenerte un ratito.
EliminarMi cariño eterno, amiga linda.
Bee, sigues conquistándome con tus relatos, con esa forma de contar tan tuya que te hace irremplazable.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Nel. Me animan mucho tus palabras. Es muy gratificante saber que lo que uno escribe puede llegar a gustarle a los demás. Es como un milagro.
EliminarUn beso para tí.
Hola cariño
ResponderEliminarHola, Mucha! :-)
Eliminar
ResponderEliminarTu entrada magnifica relatada en primera persona la hace mas sensual. Si casi lo vi
hasta pude olerlo mientras manejaba dando las curbas de placer intenso que soñaba cada vez que tenia un orgasmo a tu lado de dulce placer
Besotos frios de un invierno encantador en Miami
Epa! Muy sensual el comment. Si logré eso, me siento muy bien. Esa atmósfera sexual, oscura, extrema. Gracias, Mireya.
EliminarBesos nada fríos desde la tórrida Buenos Aires. ;-)
Me parece magnífico y muy original este paseo por ese submundo del alcohol y desorden del genial Bukowski.
ResponderEliminarEres una buenísima narradora. Enhorabuena.
Muchas gracias, Socorro. Me emociona que te guste.
EliminarUn abrazo enorme para tí.
¿Era Bukowski? jajaja que final más divertido y sobre todo genial Bee...
ResponderEliminarMe quedé como un Bukowski perdido y patidifuso al leerte.
Un abrazo besos y de todo!
Te lo mereces por regalarnos estos relatos mágicos...
Me hiciste reír, Jose! Muchas gracias por leer y estar siempre presente.
EliminarAbrazo fuerte!
Ahora sí: Aplauso, medalla y beso.
ResponderEliminarVos sos una tipa muy capaz, BeeBee, por eso tengo tanta confianza en lo que hacés.
Big kiss,
HD
Negro, va simple: GRACIAS!!!
EliminarPaciencia, cariño, generosidad.
Un lujazo para mí.
Kisses & hugs, milord.
Te agradecería el homenaje, si me gustaran los homenajes, que no es el caso... Allá tú. Por cierto, la próxima vez, traes tú el whisky.
ResponderEliminarBukowski, el plomero
Jajaja!!! Ok, Hank! La próxima va con una buena botella de Scotch!
EliminarP/D: Ah! Y no fue un homenaje. Te confieso que fue una indiscreción. Tenía muchas ganas de contar nuestra pequeña aventura. ;-)
Jajaja, qué bueno el comentario de Amando, me hizo gracia.
ResponderEliminarBuenísimo el final. A mí no es un autor que me vuelve loca la verdad, sus cuentos es lo que más he leído.
Un beso Bee, muy bueno el texto, me gustó.
Es verdad, cada comentario de Amando es una sorpresa, agradable por cierto. Y me alegro que te haya gustado el texto, Eva. La idea fue capturar un momento en ese caótico mundo del Beat.
EliminarBeso grande.
Excelente descripción, realmente me ha causado repugnancia el entorno y asco los personajes... seré una de esas críticas a las que te referís?. Una genialidad.
ResponderEliminarJajaja!!! Es que el mundo Bukowski es muy denso, Maru. Como dije antes: o lo aman o lo detestan. En mi caso, lo tomo como un escritor que intentó escribir diferente. Besazo, amiga linda!
EliminarCalculo que para un Bucay por ej., que una noche se acostó escritor, y a la mañana siguiente despertó siendo plagiador, nadie va a escribir algo así. Tal vez como bloguero no debería mofarme, pero también soy consciente que me acuesto y despierto siendo básicamente lo mismo. Felicitaciones Bee y esperemos que alguien algún día haga una entrada: ¡Maldita Shegua Bee! Beso!!
ResponderEliminarBucay... criatura nefasta -en mi humilde opinión- Y siguiendo tus palabras... Me encantaría un "Maldita Yegua Bee" Nada mal. eh? ;-) Beso grande, Pepito.
EliminarSólo se puede hablar de entrañas hablando de entrañas...creo que me explico... Viaje por los sentidos y Bukowski despertando viejos recuerdos que pensaba no me pertenecían... Besos querida...
ResponderEliminarTe explicas perfectamente, Mel. Andamos siempre en la misma frecuencia. Suerte la mía :-) Besos para tí, mi bello amigo.
Eliminar¡Magnífico! Uno se queda con HAMBRE de que la historia continúe!!...No conocía a HB, ahora lo conozco por tu relato, le sacaste una fotografía y además activaste mi curiosidad por ese tipo...
ResponderEliminarMil reverencias, BEE!!
Hola, maestro! Lo mejor es que haya despertado tu curiosidad por el personaje. Para mí ese es el mejor cumplido.
ResponderEliminarUn abrazo, Eduardo!
Mientras leía tu relato me sentí inmersa en el clima de novela negra, que siempre me atrajo. Ese poder de síntesis apoyado en breves descripciones y acciones.
ResponderEliminarLeí poco a Bukowski, algunos relatos, me copa su estilo, pero al rato siento una opresión por la oscuridad y reiteración de sus obsesiones. Pero con una lucidez impresionante en medio de sus borracheras.
Desarrollaste muy bien el texto, Bee y nos condujiste a un final excelente.
Un gran abrazo, linda.
Muchas gracias, Mirella. Me sucede algo similar: me parece muy interesante el estilo que desarrolló, pero no me enamora. Lo tomo como un aprendizaje, que sin dudas es muy valioso porque podés apreciar otras formas de escribir. Te abre la cabeza y te permite conocer más. Y eso sí, me enamora. ;.)
EliminarAbrazo fuerte.
hermoso texto Bee!!!!!
ResponderEliminarabrazos mi querida amiga
Hola, Diana! Muchas gracias! Sos una amiga de fierro, morocha querida.
EliminarBesos embrujados, reina!
Yo no se que decir, a falta de eso te doy un abrazo.
ResponderEliminarJajaja!!! Venga ese abrazo, entonces!!! Eres una amiga genial, Flor!
EliminarMe encanta pasearme por tus letras
ResponderEliminarVer lo que te escriben y sentir como te quieren.
beso de viernes
Muchas gracias, Mucha. Tarde pero seguro. Besos de domingo antes de ir a disfrutar de un almuerzo en la soleada Buenos Aires. :-)
EliminarMi escritor favorito. Cuando lo leí por primera vez fue como una bofetada en la cara y una vos que me decía: ¿en qué coño has perdido todo este tiempo?
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato "desde el otro lado".
Un saludo.