A decir verdad, la cartera no es de Pandora. En realidad,
la cartera es la mía.
Todo comenzó ayer por la tarde cuando al llegar al banco
y la cajera me solicitó que firmara una serie de cheques que debía depositar. En medio del apuro introduje la mano dentro de la cartera con la intención de buscar mi lapicera. No sólo no la encontré sino que además tuve que utilizar un bolígrafo que me ofreció la empleada y que estaba todo manchado. Terca como de costumbre, me senté en uno de los sillones de la recepción e intenté buscar nuevamente. Todo fue en vano. Eran tantas las cosas que tenía dentro del bolso que fue imposible encontrar la bendita lapicera.
Estaba decidido. En cuanto llegara a casa iba a instaurar el orden en la dichosa cartera.
Ya relajada y en la momentánea tranquilidad del hogar, me instalé sobre la mesa de la cocina y comencé a poner en práctica mi decisión. Fue en ese preciso momento que pude vislumbrar la dimensión exacta de la empresa en la que me había embarcado. Ante mis incrédulos ojos las cosas y objetos
más insólitos comenzaron a emerger de las fauces del enorme bolso.
A saber:
Con asombro descubrí la factura del celular que yo misma había reclamado
40 veces y de manera AIRADA porque nunca había llegado a mi domicilio.
Apareció la estampita de San Expedito que me consiguió la vecina del 3 B y
que prometí alcanzarle a mi madre 4 meses atrás. La batería rota del celular
que dimos de baja el año pasado.
El carnet de fútbol de mi hijo mayor, que por otra parte no juega más “a la pelotita”
y ya cambió de deporte 5 veces.
La agenda electrónica junto con la vieja agenda de papel, por si la primera se
queda sin batería.
Todo esto descontando mis enseres personales tales como la billetera, los cosméticos,
los pañuelos descartables, las pastillas de menta, entre otros productos varios.
Les juro que por un momento temí encontrar un ejemplar de boa constrictor
con cría incluida.
El colmo del asunto fue hallar una cajita de preservativos, que encima no eran
de la marca que mi cónyuge y yo solemos utilizar.
Temblando de ira y con la prueba del delito en la mano, pregunté en voz alta:
-¿Y esto de quien es?
Mi hija de 11 años que pasaba a mi lado deglutiendo un paquete de papas fritas,
me miró relajada y farfulló:
-Ah, eso es mío…
-¿Qué?????? – exclamé escandalizada. A lo que la dulce niñita respondió:
-Me lo dieron el otro día en la escuela después de la clase de Educación Sexual.
Como no sabía que hacer con la cajita, la guardé dentro de tu cartera.
Mi marido que había presenciado la ridícula escena, viendo mi rostro desencajado
y esforzándose por contener la carcajada, comentó de manera risueña:
-Qué susto ¿eh?
La determinación está tomada. Si la próxima vez, no quiero reventar de un ataque
cardíaco, sin dudas voy a tener que poner en orden la cartera más a menudo.
Jajajjaa con razón se llama la cartera de Pandora, fiuuu que susto con los condones jajaja.
ResponderEliminarBuen post, me hiciste reír antes de dormir, gracias.
saludines.
Muy bueno Bee, un nombre acertado el de tu bolso o cartera. Por cierto me ha gustado la palabras "descartable" nosotros le decimos desechable...te asustas pronto, a esas edades en los tiempos que corren los hijos saben más que nosotras a su edad.
ResponderEliminarTu marido reacciono de una forma muy relajada, deberias tomar nota ;)
Un saludo
Bee,al final todo se solucionó...por lo menos te sacó de dudas tu hija,je,je,je.
ResponderEliminarBsazos.
Jajaja muy bieno Bee, aún estoy viendo el rostro desencajado de la madre y a la niña con la boca llena de patatas y cara de indiferencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajajá Las abuelas tenían razón: 'Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar'
ResponderEliminarMuy bueno Bee!
Muy bueno Bee, como siempre...Creo que no terminaste la búsqueda porque una cartera de mujer puede contener aún muchas cosas más...(fue una bromilla...)Estuvo divertido, lo de la nena un susto...!!! pero hoy en día nada altamente improbable...! ¿Viste mis mails?
ResponderEliminarGracias por la sonrisa que me has regalado con tu post querida amiga, y ya sabes, por lo menos ve realizando un inventario de lo que lleves en ella.
ResponderEliminarUn saludo
jajajaja menos mal que andaba por ahí la niña para aclarar el origen de la cajita que si no creo que se venía un homicidio jajajajajajaja!
ResponderEliminarJajajajajajaja sólo faltó que sacaras un fauno de tu "narnia" personal jajaja.
ResponderEliminarMuy bueno Bee. Saludos.
Holaaaaa!!!! Gracias a todos x pasar y dejar los comments. Si supieran lo lindo que se siente saber que logrè robarles una sonrisa! MALQUERIDA, EURICE, MORGANA, SU, PATRICIA, OSVALDO, MIGUEL, ESCARCHA y CARLOS son unos amigos de fierro! Un abrazo fuerte para todos!
ResponderEliminarJajajjja, ya sabes lo que tienes que hacer, revisa la cartera de vez en cuando.
ResponderEliminarSaludos.
Bee, tu cartera es similar al cajón de mi mesita de luz y a alguno de la oficina, con la salvedad y el agregado de más menos cosas... Besos
ResponderEliminarJajajajaja. Buenísimo, Bee. Yo también utilizo bolsos maxi, tienen una capacidad sorprendente. Ahora bien, me pongo de los nervios cuando tengo que echar mano del mechero o de las llaves, y es que no hay manera, vamos, que tengo que vaciar el bolso para poder dar con esos dos objetos.
ResponderEliminarBesossss.
Gracias x los comments!
ResponderEliminarJOSè:
Un gustazo tu visita! Un abrazo grande!
MARCELO:
Granieri amigo mío! Que alegría su visita! No me quiero imaginar el estado caótico de tu mesa de luz... JAJAJA!!! Besos para Mariana, las chicas y para vos!
ANIKI;
Somos de terror! Y cuanto más grande el bolso, más porquerías le metemos! Un beso grande ani!
Muy bueno, =DD
ResponderEliminarAunque supongo que una cartera ordenada es como un conejo sin chistera. Pierde toooda la magia. :D.
Que post más simpático, te diría que probaras a reducir el tamaño del bolso y así matabas dos pájaros de un tiro....Primero se te perderian menos cosas y te lo agradecería tu cabeza y segundo dejarías de echarle la culpa de tu dolor de hombro y cuello a la pobre almohada....jajjajja, pobrecita, si hablase se iba a enterar el bolso ese que parece un saco...jajaja.
ResponderEliminarSaludos amiga.
Gracias HORACIO Y TOMáS por visitar el blog y por dejar sus comentarios! Ambos son personas muy talentosas y con una sensibilidad que me conmueve cada vez que leo sus publicaciones. Un abrazo grande para los dos!
ResponderEliminarSe que nunca conoceré a un ser vivo tan agradecido Bee,
ResponderEliminarGracias por tú comenterio siempre eres bienbenida.
Saludos.
Dame tu mano y volemos hacia la Luna,allí reina la paz eterna.
ResponderEliminarbesos corazón.
hola pase por aqui y me has heco reir con esa historia tan real y divertida, definitivamente un bolso es todo un mundo ja, te sigo y te invito a pasar por mi diario.
ResponderEliminarbesos
Gracias a los tres!
ResponderEliminarJOSè y MORGANA, es un premio para mí conocer personas como ustedes. Pura sensibilidad y talento. Un abrazo!
GèMINIS:
Muchas gracias por tu visita! Un gusto conocerte!Ahora me doy una vuelta por tu diario! Un beso!
Uy que peligro con la niña!!Creo que esta es una aventura que nos pasa a todas, y seguro que el bolso exteriormente es enano. ¿Algún dia se descubrirá la ley física que hace de los bolsos unos grandes almacenes?No lo sé, lo que si es seguro es que me hiciste pasar un buen rato.
ResponderEliminarConsejo: cuando una mujer extrae una caja de forros de una marca no utilizada por ambos cónyuges, lo mejor que puede hacer es callarse, silbar bajito, disimular, etc. porque el más sorprendido en realidad podría ser el marido.
ResponderEliminarLa teoría de: el ataque es la mejor defensa no se aplica en casos como éste. Beso!
Consejo: cuando una mujer extrae una caja de forros de una marca no utilizada por ambos cónyuges, lo mejor que puede hacer es callarse, silbar bajito, disimular, etc. porque el más sorprendido en realidad podría ser el marido.
ResponderEliminarLa teoría de: el ataque es la mejor defensa no se aplica en casos como éste. Beso!
Hola Bee, buceando entre tus trabajos me detengo aquí. Jeje, ay, cómo te entiendo, yo para remediar este desaguisado continuo, he dejado de comprar bolsos grandes. Era una locura encontrar las llaves de casa, del coche, y no te digo nada cuando sonaba el móvil...
ResponderEliminarUn besote.
:-D