PEQUEÑOS GRANDES PLACERES

Después de tanto tiempo, aún no puede precisar el momento
en que decidió arriesgarlo todo. La pulsión salvaje apareció de repente
y ya no hubo vuelta atrás.
La perspectiva de vivir como un rey, no lo dejaba dormir en paz.
Además, la vida le había demostrado que muchos lograban zafar.
Que la presunta justicia divina no alcanzaba a todos por igual.
Que muchos se salían con la suya, incluso los que elegían ir por izquierda.
No supo cubrirse. O quizás no lo quisieron cubrir.
Con cierta gente uno nunca sabe.
Se arriesgó y perdió.
A través de la pequeña ventana, un rayo de luz iluminó la tarjeta de
presentación que sostenía entre las manos.
"Ricardo Pereyra, Gerente general"
Suspiró profundo. Ahora sólo era Ricardo.
Con el correr de los días, se había dado cuenta que caminar por la arena,
saborear un café o devolver un saludo sin temor, no tenía precio.
Sonrió confiado.
Al fin de cuentas, sólo le restaban 15 años de prisión para recuperar
esos pequeños grandes placeres.



Un agradecimiento especial por el apoyo incondicional que me brindan con
la apertura del blog de El Clan de las Piedras
Son estupendos y generosos! Un abrazo para todos.
Bee.-