QUIZáS, QUIZáS, QUIZáS

"Siempre que te pregunto

Que cuando, como y donde

Tú siempre me respondes

Quizás, quizás, quizás..."

Esa mujer lo volvía loco. Por más que se esforzara, no podía evitar pensar en ella.

Día y noche, la imagen de aquella diosa literalmente lo enloquecía.

Y ella lo sabía. Y jugaba. Jugaba hasta la desesperación.

Una tarde de verano la siguió hasta la plaza y la sorprendió con un ramillete de fragantes jazmines. Le lanzó una mirada sensual que le paralizó el corazón. No le importó confesárselo. Ella sonrió con una mueca desdeñosa y apenas murmuró:

“Quizás”

Se aferró a aquella vaga respuesta como un náufrago se sujeta a un madero en medio del mar.La colmó de atenciones, le dedicó decenas de poemas mal escritos y se expuso a las crueles burlas de sus amigos.

Sin embargo cada vez que volvía a preguntarle, ella respondía lacónica:

“Quizás”

Nunca imaginó el análisis puntilloso al que estubo expuesto. Que no era muy alto, que la voz cascada le restaba encanto, que ni siquiera tenía título universitario.

Los meses transcurrieron y su vida se convirtió en un martirio.

Durante el baile que se organizaba la última noche de Diciembre, la encontró danzando con un desconocido. Sin escrúpulos, coqueteó frente a sus ojos, como si fuera la reina del lugar.

Una cólera fría y ciega le atenazó el alma.

Bebió hasta lo indecoroso. Tal vez la embriaguez lo desinhibió y con coraje se animó a invitar a bailar a la hermana de su mejor amigo. Pronto se encontró riendo y disfrutando de la compañía de aquella muchacha que conocía desde la infancia.

Cuando dieron las 12, Emilio sonrió eufórico. Estaba azorado.

Recibía el Año Nuevo descubriendo que quizás la felicidad está más cerca de lo que todos imaginamos.

A los amigos y a todos los lectores que me acompañan día a día, les deseo un 2012 estupendo.

En armonía y con proyectos. Porque en definitiva, de eso se trata este juego.

Nos vemos el año que viene.

Salud!

Bee.-