RESACA

Y la promesa de comenzar el Año Nuevo haciendo buena letra había sido

un mero espejismo.

Sabía que la mezcla etílica tenía consecuencias fatales, no sólo a nivel físico

si no también a nivel mental.

La cabeza le estallaba y ni si siquiera podía mantener los párpados abiertos.

Negras ideas se arremolinaban en la mente y el estómago estaba a punto

de jugarle una muy mala pasada.

-Este es un secreto entre los dos… -susurró coqueta, mientras se vestía en

puntas de pie.

A pesar de la horrible resaca, al ver a la mujer que se escapaba a hurtadillas

de la habitación, tuvo que aceptar que después de tantos años de conocerla,

nunca había sabido apreciar las numerosas habilidades de la honorable tía

Etelvina.

¡Salud!