“De símbolos, así están hechos los lenguajes”. Aquella afirmación formaba parte de su mundo cotidiano, pues su profesión de lingüista le demandaba lidiar con las palabras todo el día y en cualquier ocasión.
Pero esa mañana su dominio de la lengua no era esencial, cualquier individuo con un mínimo aprendizaje hubiese llegado a la misma conclusión: aquellos agujeros en el sweater eran signos de la existencia de una intrusa dentro de su armario.
Maldita polilla. Las larvas de la muy dañina habían logrado materializar un trabajo sorprendente, ya que los huecos formaban un diseño de clase rombal que merecía –bajo otras circunstancias- un sincero reconocimiento. El exterminio estaba decidido, pero el reloj del salón lo puso sobre aviso, solamente tenía media hora para llegar a la universidad y dictar la primera clase del día.
Durante el trayecto hacia el claustro su cerebro no dejaba de pensar en la mariposita. Tan pequeña, tan frágil. Y sin embargo era símbolo de tantas cosas. Acaso ¿vejez? ¿La del jersey, la del ropero o la de él mismo?
Naftalina. Sí, debía comprar naftalina. Y se irritó porque las bolas de naftalina lo condenaban a retroceder en el tiempo y recordar ese olor tan particular que aparecía cada vez que el tío Alberto lo saludaba. En esa época los viejos de la familia eran demasiado fastidiosos. Había que honrarlos como si fueran la fuente de sabiduría universal, aún cuando no tenían razón y deliraban presa de una senilidad más que evidente.
Bajó del subte y caminó con las manos dentro de los bolsillos del pantalón y por un momento hasta experimentó la necesidad de patear una lata vacía de Coca Cola que encontró en medio de la vereda. “Como cuando era chico”, murmuró ensimismado. Deshizo el movimiento antes de finalizarlo. Quedó con el pie suspendido en el aire y con un puñado de ideas revoloteándole en la mente. Revoloteando, igual que la polilla.
Esto no es un post.
ResponderEliminarEs una exhibición de dominio del lenguaje y del arte del relato.
Te felicito.
Eres muy buena escribiendo.
Besos.
Epa!!! Muchas gracias, Xavi. Ya sabes, mi amigo, que tratamos siempre de mejorar. Seguimos intentando. Besos salvajes, Toro Loco.
EliminarHola Bee!!
ResponderEliminarComo te dije en el face, espero revolotear por aquí y conocer tus escritos.
Un abrazo!!
Hola! Y como te dije en FB es un placer enorme encontrate y tenerte por aquí. Ojalá te gusten las historias. Otro abrazo fuerte!
EliminarLa naftalina!! Esas bolitas olorosas que nos remiten, inexorablemente, al pasado. Abrazo fortinero!
ResponderEliminarQué alegría encontrarlo por acá, doc! Viste? Hay sensaciones que son implacables. Un olor, una imagen y zás! todo está allí otra vez.
EliminarAbrazo fortinero!
El lenguaje verbal y el no verbal pueden ser igual de potentes, en ocasiones con gestos se puede decir más que con palabras que los contradicen.
ResponderEliminarEres una crack, my sis.
:)
(¿A que coinciden ambos lenguajes?)
Es verdad, Brownie! La contundencia del gesto es fenomenal. Muchas gracias y como bien me dices a mí: es love of brother! ;-) Y sí, definitivamente coinciden ambos lenguajes. Jajaja!
EliminarEste texto tiene una arquitectura simple y delicada, qué bella es la simpleza cuando otros se mueren por complicarnos la prosa.
ResponderEliminarUn retrato excelente, BeeBee, de la mano del apetito de una polilla.
Ves, así me gusta más, lo decís bien, lo decís sencillo, lo decís sin barroquismos.
Es una opinión personal, como sabrás de sobra, si me perdonás la aliteración.
A big kiss, my Dearest.
Cheers!
Uyyyy, Negro... Cuando me comentás así, me emociono y se mueven los dedos solos sobre las teclas o sobre le papel (ya sabés que cuando viene la idea hay que utilizar todos los medios que se tienen al alcance) Y seguimos en la búsqueda de la vuelta ;-)
EliminarHugs & kisses, milord!
yo siempre lo digo y no me canso de decirlo... usted es un crack... ese arte de decir más con lo que no se dice que con lo que se cuenta. WOW, YO CUANDO SEA JOVEN QUIERO SER COMO USTED... JAJAJAJA
ResponderEliminarUN BESO
CARLOS
Muchas gracias, Carlitos. Jajaja! Y estoy segura que cuando seas grande vas a ser bien bueno ;-) Beso grande!
EliminarSer el séptimo en escribir un elogio de esta historia significa que no estuve tan lento esta vez.
ResponderEliminarTu imaginación nos sigue mimando. Salut, Bee Borjas.
Nunca estás lento, Rob. Y además si no vinieras (no lo tomés como una obligación) pero es la verdad, se extrañarían tus palabras. Ya sabés que les presto mucha atención a tus palabras. Muchas gracias, amigo.
EliminarP/D: Sigo pidiendo... Publique, cuando quiera, pero publique. ;-)
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ResponderEliminarEscribes apenas cuatro líneas y ya me dejas reflexionando sobre tantas y tantas cosas Bee. Me hiciste retornar a un pasado que creía lejano y de pronto tú lo esbozas así. Realmente de símbolos están hechas las cosas en nuestra breve y larga existencia...
ResponderEliminarUn espléndido abrazo.
Muchísimas gracias, Jose! Es un premio para mí saber que puedo cautivar por un instante sus pensamientos y emociones.
EliminarOtro abrazo para tí, mi amigo.
Magistral despliegue que teje acción ,sentimientos y recuerdos.
ResponderEliminarCreo que más que el horror a la senilidad los jóvenes se sienten con ansiedad neurótica al contemplar que la vejez es tan inexorable como la muerte.
Verse en tal espejo les agrede.
Tremenda reflexión, Carlos. Definitivamente cierto. El temor a lo que viene les es insoportable. En lo personal, excepto un par de casos, los mayores de mi familia fueron geniales. Será por eso que estoy llevando mi adultez bastante bien? Un beso.
EliminarA veces las cosas más banales pueden retrotraernos a la infancia... De todas formas, no he podido evitar recordar a Les Luthiers y su matapolillas No-Pol. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarJajaja!!! me hiciste reir, Flaca! Créeme que mientras escribo estoy cantando el genial No-Pol!!! Besos miles, mujer!
EliminarEse maravilloso mundo de las palabras que manejas tan bien fue y vino, nos llevó a sus mayores y nos trajo a su niñez y ¡hasta tuvo la magia de mimetizarlo! Me encantó Bee, porque es tremendamente tenue y profundo a la vez. ¡Felicitaciones y abrazo! Y ya lo tengo registrado para uno de los programas del año próximo!!
ResponderEliminarPero muchas gracias, Osval! Y llévelo nomás para el Paracuentos. Un honor para mí. Abrazo fuerte y cariños para la banda Ferrari.
EliminarEl tiempo es una polilla que nos llena de agujeros y no hay naftalinas que lo detengan, al profe de lingüística, quizás, le moleste el olor a naftalina de las frases hechas, repetitivas hasta el cansancio!! ¡Armaste un escrito que nos deja cavilando en un laberinto de pensamientos, gran virtud la tuya BEE!!
ResponderEliminarAplausos, BEE!!
Muchas gracias, Eduardo! Vos sos muy generoso con tus palabras. Además y como sabés, tus reflexiones son impecables.
EliminarAbrazo fuerte!
Qué buen texto, Bee! Por lo que dice pero, sobre todo, por lo que no dice, porque nos deja "con el pie suspendido en el aire y con un puñado de ideas revoloteándonos en la mente"... que es lo que hacen siempre los buenos relatos.
ResponderEliminarMe gustó mucho!
Cariños
Muchísimas gracias, Betina. Debo reconocer que me gusta mucho decir de esa forma "casi no diciendo" Siento que es una manera de estimular al lector para que se entregue a la historia y forme parte de ella con sus miradas personales.
EliminarBeso grande.
Muy bueno Bee, me gustó mucho.
ResponderEliminarUn beso grande
Un placer tenerte por aquí, Eva. Me alegra que te haya gustado el relato.
EliminarOtro beso para tí.
Bee te creces en cada relato, es un placer leerte...porque nunca nos dejas indiferentes.
ResponderEliminarTe beso con la ternura del adolescente que aún vive entre bolas de naftalina, entre los pliegues de mi vejez incipiente.
Gracias, querido Jose. Cada vez que leo un comentario tuyo siento que el texto se enriquece porque le das una vuelta poética que yo no sabría cómo hacer. Y tu vejez viene muy guapa. Yo digo muy en serio :-)
EliminarBesos porteños.
Lo más díficil, Bee, es lo que tú has conseguido con este cuento, escribir sencillo, a la vez con matices tan especiales y sugerencias que no llegan a ser abstractas; decirte que me ha gustado es poco. Me hiciste recordar a mi madre que usaba la naftalina y yo no soportaba ese olor... Genial, amiga Bee, una verdadera delicia leerte. Besos y mi cariño y admiración.
ResponderEliminarEres muy generosa, querida Julie. Ya sabes que mi intención es escribir cada vez mejor y eso conlleva un trabajo arduo y tú eres una de las personas que más me inspira en este sentido: escribir, escribir y escribir.
EliminarMi cariño eterno, amiga mía.
tiene distintos niveles de lectura este texto.
ResponderEliminarvos sabes que no puedo con mi genio truculento Bee, leí algunos comentarios y veo que soy la única que me fui por ese lado, porque cuando terminé de leerlo dije "genial, la polilla no sólo está en el abrigo... entró a su cerebro también, la tiene volando entre los sesos, casi seguro cerca del tímpano!!!!"
:-D
abrazos mi querida amiga
Jajaja! Y vos te creés que no lo pensé? Seguramente se coló por la oreja y lo está enloqueciendo revoloteando entre sus sesos... ;-)
EliminarAbrazo embrujado, morocha linda!
La vejez revoloteando sobre su cabeza y ni cuenta se daba.
ResponderEliminarBeso
Hola, Flor! Muy buena reflexión, mi amiga. Creo que descubrir ese sweater agujereado le hizo "ver" muchas más cosas de las que él mismo creyó.
EliminarBeso enorme.
Todo se desarrolla en lo cotidiano, como nos avisas con la primera afirmación, nos va llevando con sus cavilaciones y su movimiento por el escenario de su día, y en el último párrafo, al final he visto al tipo a cámara lenta, con su pierna suspendida en el aire, con sus ideas suspendidas.
ResponderEliminar¡Muy bueno Bee!
Abrazos
Muchísimas gracias, Antonio. La cotidianeidad suele sorprendernos de las formas menos pensadas.
EliminarOtro abrazo para tí.
Son magníficas la narrativa y descripción de la rebeldía contenida del profesor. Qué placer leerte, Bee.
ResponderEliminarSigue creando.
Un abrazo.
Sete.
Eres muy generosa, Sete. Te agradezco mucho tus palabras. Y claro, a seguir creando! Abrazo fuerte, amiga.
EliminarNaftalina... lata de gaseosa... recuerdos... qué hermosas imágenes que pincelás con tus palabras, Bee, entretejiendo oraciones me trajiste un aluvión de sensaciones a mi mente. Excelente lo suyo, gracias por escribir! Besotes grandotes, amiga del alma.
ResponderEliminarGracias a vos, amiga linda! Es una alegría saber que te puedo entretener un ratito. Besos miles, mi reina.
EliminarEstá claro que no es necesario buscar un argumento complicado, para escribir un texto tan pleno y perfecto... Me cautiva todo lo que creas, un verdadero gusto , Bee.
ResponderEliminarUn abrazo hasta tu-mi Buenos Aires
El gusto es mío, Socorro. No te imaginas la alegría que me provocan tus palabras.
EliminarOtro abrazo desde tu Buenos Aires ;-)
Lo mejor de este excelente post, es que se nota claramente que su mente no está para nada apolillada, y más aún, desprovista totalmente de naftalina!! Beso grande Bee y parece que debutamos con uds...En fin...compro un 1 a 1...
ResponderEliminarJajaja! Es verdad, vio los agujeros y decididamente vio la LUZ.
EliminarBesos salvajes, Tiger.
P/D: De verdad empezamos con ustedes? Y dale! Vamos por el 1 a 1.
Con lo sencillo que sería conciliar al niño con el anciano y lo difícil que resulta no anquilosarse con el paso del tiempo sin arrastrar un complejo de Peter Pan o un miedo atroz a la madurez y sus síntomas. Los signos son detalles imperceptibles que hablan con más ro tundidas que la palabra... Qué bien contado amiga mía... Qué pequeñitos somos todos...besos mil.
ResponderEliminarHola, Mel! Como decía en un comentario anterior, quizás el haber disfrutado de unos abuelos y padres muy divertidos, me ayuda a vivir mi madurez con plenitud. Nunca fue motivo de incordio el paso del tiempo. Has visto que a muchas familias les afecta envejecer. Pues en la mía la mayoría lo ha tomado con un humor. Ni que hablar de no temerle para nada al ridículo. En este juego que es VIVIR, nada mejor que disfrutar de todos los momentos.
EliminarUn besazo para tí, amigo.
Me sigue encantando esa forma de contar que tienes, de narrar lo cotidiano en forma de sorpresa.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Nel. Eres muy amable y generoso con tus palabras. Un saludo cariñoso para tí!
EliminarB-B-REINA DEL SUR:
ResponderEliminarTu exquisito texto
me ha llevado a la infancia de mis sueños
De no guardar nada sucio en el ropero
mi abuela francesa
me decia
Aunque ella se bañaba poco y nada
...aunque siempre olia a gardenia...
La polilla feucha el patito feo de las mariposas
oscura y sin colores
Sin brillo
aunque su vida es lo mismo de larga que
la mariposa
Abrazos sin fin B-B Del Sur
Hola Mucha! Tu abuela francesa y mi bisabuela francesa. Ves? Más coincidencias. Sabés? Me encanta volar hacia atrás para luego volver al presente más sabia.
EliminarMás abrazos vuelan hacia Miami!
no solo te leo porque me gustás
ResponderEliminarsino tambien me fui a Google
para Guglear
La polilla se diferencia de la mariposa en los siguientes detalles (Cabe decir que si bien existen diferencias taxonómicas NO TODAS las polillas con nocturnas como se podría pensar así como si bien existen diferencias hay algunas pocas especies que tienen excepciones a esta regla pero no te preocupes):
-Las polillas poseen penachos en las antenas, las mariposas no poseen estas como "plumas" pero si poseen una especie de punta en las antenas que parecería ser la cabeza de un alfiler.
-Las polillas por lo general segregan un c@pullo de seda que dentro de éste se encuentra la pupa, mientras que las maripusas tienen su "c@pullo" por así decirlo expuesto (Las famosas crisálidas que tienen como puntitas).
-Las polillas suelen ser de colores apagados mientras que las mariposas son de colores vivos (Además, se nota más en las alas de las polillas la especie de polvillo, que son sus escamas, cosa que no se nota mucho en las mariposas).
-Las polillas tienen un cuerpo más "tosco" por así decirlo, las mariposas a simple vista se notan más delicadas aparte de bonitas.
El cisne y el patito feo
jajaja!!!!
Soy feliz conmigo
¿Y vos?
Jajaja!!! Un master sobre polillas y mariposas!!! ;-) Y sí, soy feliz conmigo. Nada mejor que aprender a armonizar lo que se siente, se piensa y se dice. Y te confieso que ando transitando esa gloriosa etapa. PURA VIDA, Mireya!
Eliminarme encantaria poner mi voz a un texto tuyo
ResponderEliminarjajaja
Tiene que ser corto
nada largo me gusta!!!!!!!
Bueno largo no
grande es diferente
mas besos
jajajaj
Me estoy matando de risa. Vale! Un texto corto. Con todo gusto aceptada la propuesta. Pero va a ser un texto con sabor a Mucha. A pensarrrrrrrrrrrrrr!!!
EliminarAbrazo fuerte!
Bueno, parece que hoy la clase va a estar genial, no me la pierdo.
ResponderEliminarSalud-os
Jajaja!!! Va a estar bien reflexivo el profe, Amando. Un abrazo.
EliminarEl olor de la naftalina me retrotrae a la infancia, una costumbre muy italiana de mis padres. Era casi un rito al final del invierno colgar las bolsitas olorosas...
ResponderEliminarY con muy pocos elementos, nos contaste una historia que nos lleva a los agujeros del tiempo, que se come todo y nos deja recuerdos calados.
Como siempre, muy bueno y mejor escrito.
Un gran beso, Bee.
Te acordás, Mirella? Bien típico de nuestros abuelos. Era todo un ritual. Muchísimas gracias por tus palabras, amiga. Beso enorme para vos.
EliminarA mi también me ha recordado la casa de los abuelos o las casas viejas de Soria, pero no solo permanece el recuerdo si no que a la vez he sentido el olor de la naftalina que ha acabado impregnando hasta las teclas del ordenador.
ResponderEliminarUn abrazo Bee
Has visto, Jaal? Hay recuerdos que quedan impregnados en nuestra mente y cuerpo.
EliminarOtro abrazo para tí.
Es hora de agarrar con las manos esas ideas revoloteantes y también de cambiar de jersey, hasta incluso de armario.
ResponderEliminarUn besito :)
Jajaja!!! Muy bueno, Ishtar. En verdad, el protagonista debe hacer una profunda "limpieza"
EliminarBeso miles, amiga.
Da igual el lado del océano, parece que todos los armarios viejos huelen a naftalina, a naftalina y a humedad, la misma que se cuela dejando marcas bajo los espejos.
ResponderEliminarCuando llegue el día recordaré tu texto, cambiaré el armario, pintaré el cuarto y me vestiré de colores, porque no quiero que algo en mi haga sentir a los demás que soy lo que no quiero. Y es que no quiero verme viejo, Bee, no quiero verme viejo de espíritu.
Ha sido bonito leerte. Besos con soul.
Hola, Jose! Es una alegría tenerte por acá. Y tú nunca serás viejo, porque tu espíritu y tu ganas de vivir siempre te mentendrán como un niño que vive una constante aventura.
EliminarPor mi parte, ha sido bonito que vengas a visitarme. Besos con soul para tí también!
Qué belleza de texto, de verdad que es una delicia leerlo.
ResponderEliminarUn gran abrazo, mi querida Bee!
Muchas gracias, Sara! Eres un encanto de persona. Otro abrazo, amiga!
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