Noche tras noche y después del espeluznante encuentro, Ezequiel volvió a vigilar las afueras del pueblo. La imagen descomunal de la criatura permanecía fija en la mente del muchacho.
Se sentía frustrado e impotente por no haber podido acabar de una buena vez con aquella pesadilla.
Sin embargo su padre ya se lo había advertido. Hacía demasiados años que los varones de su familia intentaban acabar con la maldita bestia.
Una tarde, mientras terminaba de acomodar las herramientas de labranza dentro del carro, un súbito escalofrío recorrió su espina dorsal. Pegó un ligero respingo y giró. La figura de una pequeña mujer
se había materializado como por arte de magia. Vestía de negro y apenas se vislumbraban sus rasgos. Ezequiel rozó
suavemente el gatillo de la carabina y caminó lentamente hacia ella.
Al acercarse pudo comprobar que estaba en presencia de una anciana.
Los ojos diminutos y oscuros se hundían en un rostro surcado por cientos
de grietas. Le faltaban los dientes y apenas elevó la voz al hablar.
-Es posible que pierdas la vida… -graznó la vieja con una mueca en los labios.
Ezequiel permaneció inmutable. La anciana continuó:
-Mi amo lo creó hace un siglo atrás y no va a detenerse hasta encontrar
el alma que le pertenece.
El muchacho le clavó la mirada y exclamó con tono desafiante:
-¡Voy a destruirlo antes!
La boca desdentada de la mujer se descompuso en una carcajada feroz.
De pronto un remolino de tierra seca cegó la visión de Ezequiel.
Se restregó los ojos con desesperación y trató de apuntar con el arma.
Su rápido reflejo no sirvió de nada. La mujer se había desvanecido en el aire.
Esa noche volvió a leer los escritos de su padre. Como bien había
afirmado la misteriosa anciana, la criatura era producto de un experimento
que desafiaba las leyes propias de la Naturaleza…
La gente del pueblo se hallaba mucho más calma. Había transcurrido una
semana completa sin padecer ningún asesinato. La euforia duró poco.
El cuerpo sin vida del párroco apareció en el terreno lindante con el cementerio.
Una intensa tormenta de nieve comenzó a castigar el lugar.
Ezequiel se calzó el abrigo y salió de su casa en medio de la noche.
La inclemencia del tiempo lo hacía trastabillar. Sus manos enguantadas
sujetaban la carabina con decisión. Caminó durante varias horas y sólo se
detuvo a beber un trago de ron para calentarse las entrañas.
De pronto percibió que algo se movía a sus espaldas. Trató de girar rápidamente.
Fue inútil. Una garra lo lanzó por el aire como si fuera una hoja de papel.
Su cuerpo dio de pleno contra el tronco de un árbol. Sintió el ruido seco de
su pierna al fracturarse. El dolor no lo dejaba pensar.
Un aliento denso y ácido le provocó arcadas. Se quedó paralizado.
Recordaba unas pupilas casi transparentes. En cambio estos ojos, ahora estaban
encarnados. Brillaban como dos refulgentes rubíes.
Ezequiel se sentía cada vez más débil y comenzó a experimentar una sensación
de inconfundible sopor. Se estaba muriendo y sin lugar a dudas aquella maldita
bestia le estaba arrebatando su tan preciada alma.
La bala de sal se incrustó en el pecho de la temible criatura. El impacto lo despidió
con violencia hacia atrás. Ezequiel apenas inclinado, volvió a disparar. Su segundo
balazo fue tan certero que atravesó el cuerpo del monstruo de lado a lado.
Con el resto de fuerza que le quedaba se fue arrastrando hasta donde yacía
aquella cosa. Su mente no alcanzaba a comprender lo que estaba observando.
El cuerpo era mitad animal y mitad humano. La enorme piel que lo cubría comenzó
a mancharse con una sustancia negra y viscosa.
Del cuello colgaba una pequeña botella de vidrio color marrón. Tratando de
controlar la repugnancia, el joven arrancó el cordel que sujetaba el antiguo frasco.
Estrelló la botella contra el piso y encontró una nota que estaba amarillenta
por el paso del tiempo.
“No importa lo que eres, siempre y cuando puedas rescatar tu Alma.”
Sin poderlo evitar, a Ezequiel se le estranguló un escalofriante sollozo en la garganta.
uf.......impresonante. Tengo miedo!!!!! :S
ResponderEliminarQuerida Mus: Eres tan espontánea y tus comentarios me gratifican el corazón! Un besote enorme bella mujer!
ResponderEliminartremendo final
ResponderEliminarmuy bueno bee!!!
Oye, no es que me parezca que tengas un mal nombre, pero...¿de donde viene? Es muy curioso
ResponderEliminarDiana: Gracias x el comment!!! Beso grande!!!
ResponderEliminarMus: Mi segundo nombre es Beatriz. Desde pequeña me fascinó Holanda, x ello mis amigos me bautizaron Queen Bee (como la reina de Holanda. Què desgraciados!!!)y Borjas es mi segundo apellido. Abrazo enorme!!!
que lindo apellido, que ascendencia tiene? de donde es?
ResponderEliminarHola Di: Borjas es de ascendencia española. Proviene de la zona de Zaragosa y se remonta a la època de la Edad Media. Creo que Borg significa "torre".
ResponderEliminarPues muchas gracias por aclar tu nombre, la verdad es que ahora me gusta más. ;)
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