octubre 19, 2010

HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE

A simple vista conforman la fórmula perfecta de la vida conyugal. Fernando es un arquitecto cincuentón y bien conservado. Juega al golf y desde hace 15 años se reúne todos los jueves a cenar con sus amigos de la facultad. Cecilia es profesora de pilates, se mantiene en un estado físico formidable y sin importar la época del año en que se encuentre, su bronceado caribeño se destaca por sobre el resto de los mortales.
Se conocieron a los 20 años durante unas vacaciones en Brasil. Fue amor a primera vista. Después de un breve noviazgo, se casaron en la Iglesia del Pilar. La fiesta fue de película y la luna de miel no se quedó atrás. El crucero por el Mediterráneo que les obsequió
el padre de la novia se convirtió en el comentario predilecto de la noche.
Cual almibarada película de Doris Day y Rock Hudson, Fernando y Cecilia
alcanzaron en un abrir y cerrar de ojos el cenit de la vida matrimonial:
Casa, auto y perro -o gato- como ustedes prefieran.
Los hijos llegaron un par de años después. Y en ese preciso momento
comenzó a producirse el puntapié inicial de la debacle.


Ninguna de las tres dulzuras hace NADA.
El verdadero problema es que no existe una sola cosa que los movilice.
Ni la música, ni el arte, ni las ciencias. 
El mayor se fue a vivir el mes pasado al Amazonas con un grupo de seguidores
de una seudo religión pro-ecologista. La del medio conoció a un caza talentos
que se la llevó de gira por el sur como partenaire de un mago de cuarta categoría.
El más chico sale y entra de rehabilitación más a menudo que Amy Winehouse.
A ellos dos, hace rato que no los une ninguna clase de sentimiento. Ni una remota
partícula de aquel amor que alguna vez los conmovió. Sin embargo y a pesar
de las continuas y mutuas infidelidades, aún comparten la misma casa.
Por lo menos hasta que Cecilia se decida a asesinarlo, tal y como se lo sugirió
su juvenil amante, un instructor de tap 14 años menor.
No es para menos, la póliza de seguro de vida de Fernando alcanza la nada
despreciable suma de U$1.300.000.
Mientras tanto y hasta que el ambicioso plan no se ponga en marcha,
ambos van a permanecer juntos,
HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE.

3 comentarios:

  1. uuuuuuhhhhh yo por eso no tengo pensado pagar ninguna poliza de seguro...
    pero podría decirle a él que adquiera una!!!
    :-O

    muy bueno Bee!!!!!!
    saludos linda

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  2. Como cambian las cosas, eh? De cuento empalagoso de Disney a toda una novela negra. ¿Y ella no tiene seguro? ¿Por qué siempre es la mujer quien decide asesinar al marido por dinero?

    Un beso guapa, como siempre muy bien escrito.

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  3. Jajaja!!! Me encantan los comentarios de mi dúo dinámico favorito!!!
    Diana: No seas cretina... Si es un buen hombre, cuidalo!!! Jajaja!!!
    Mus: Creo que las mujeres pasamaos del amor al odio mucho más rápido que los hombres... Y cuando nos da "la cólea fría" PAF! Nos pega fatal!!!
    Besos Brujos bellas damas!!!

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