Don Salvatore era un hombre de costumbres.
Desde que debió reemplazar a su padre al frente de la empresa familiar, de inmediato comprendió que ser metódico le iba a allanar el camino.
Todos los mediodias y de modo puntual, atravesaba la puerta de la vieja fonda. Se sentaba en la mesa habitual y esperaba que Paolo se acercara y le ofreciera el menú del día.
Paolo era el típico muchacho, que despertaba la misericordia de las almas sensibles y el desprecio incontenible del resto de los mortales. El muchacho era muy torpe y la mayoría de las veces daban ganas de molerlo a golpes. Salvatore sabía que eso iba a ser inútil. Hay casos que no tienen solución.
Para el Don, Paolo era “el idiota del pueblo”
Un día y cuando la mano temblorosa del muchacho derramó la jarra de vino sobre la camisa
del hombre, todo el fastidio acumulado emergió en su peor dimensión.
-¡La próxima vez que me ensucies te voy a volar los sesos! –aulló el viejo, mientras zarandeaba al mozo como si fuera un muñeco de papel.
Nadie se acercó a ayudar al muchacho. La palabra del jefe tenía el peso de la ley.
A partir de ese momento Paolo servía al hombre con una actitud rayana en la humillación. Apenas se atrevía a mirarlo a la cara y como fiel esclavo esperaba en un rincón, la próxima orden del temerario cliente. Los meses transcurrieron en extraña armonía.
Hasta que un evento fatal cambió todo para siempre.
Aquel día, don Salvatore eligió como entrada una exquisita sopa de vegetales. Paolo presuroso le sirvió el plato de caldo humeante.
-Buen provecho –susurró el joven con amabilidad.
De pronto los ojos del viejo se abrieron de par en par. La mano que sostenía la cuchara tintineaba histérica en el borde del cuenco de loza. Inclinó la cabeza hacia abajo y acercó la punta de la nariz hasta el borde mismo del plato.
No quedaba la menor duda. En medio del espeso y aromático líquido, una mosca negra e infame flotaba solitaria en aquel enorme mar de vegetales molidos.
Un segundo antes de lanzar la primera maldición, un misterioso silbido le besó el lóbulo de la oreja izquierda. Encorvado sobre la mesa, su cuerpo permaneció rígido como una estatua. Sólo la vena de la sien le latía alocadamente.
Como una saeta, una bala calibre 38 había atravesado la fonda y terminó incrustada detrás del mostrador. Los guardaespaldas de Salvatore salieron disparados en busca del asesino que había intentado matar a su jefe frente a sus propias narices.
El Don volvió a observar la mosca en la sopa y luego le dirigió una mirada de desconcierto
al pobre Paolo que apoyado contra la pared del fondo, temblaba como un niño.
Con el rostro pálido y cubierto de sudor, Salvatore dijo:
-Gracias muchacho.
En tanto le entregaba al mozo y a modo de recompensa un enorme fajo de liras, sonrió
con ironía. El idiota del pueblo le había salvado la vida.
Mientras abandonaba la fonda se fue mascullando las palabras de una canción que siempre le había gustado:
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Ay Dios”
Quien iba a imaginar que una mosca le salvaría la vida al prepotente Salvatore y además a Paolo de la furia del viejo.
ResponderEliminarBuen cuento Bee, como siempre.
Besos.
La mosquita muerta.......mirá vos. Estos mafiosos tienen cada código.!!
ResponderEliminarBesos!!!
LA MALQUERIDA:
ResponderEliminarY todo x una mosca!
Gracias por la visita,querida Flor!
Besos enormes!!!
DANY:
Jajaja!!! Es verdad, Dany!
FELCITACIONES x el triunfo, Cuervín!
Abrazo fortinero!
vos sabes como la acabo escupiendo la sopa al Salvatore ese? y se la doy pa que la tome!
ResponderEliminarMUY BUEN TEXTO AMIGA!!!!
UN ABRAZO GENIA
Sorpresa es tu texto, Bee... Estás logrando un equilibrio perfecto entre ingenio, humor y técnica.
ResponderEliminarMe divirtió y quitó ciertas mala onda de mi cabecita.
A big kiss 4 you, my dearest! It's a great pleasure to stop by at your blog...
HD
ESCARCHA:
ResponderEliminarJajaja! Esa es mi amiga Diana!
Se la escupimos las dos?
Viejo malvado!
Besos brujos, reina!
HUMBERTO:
Gracias por el comment,H! Es estupendo saber que se van puliendo los textos! Y si encima sirvió para cambiarte un poquito el humor, doble premio para mí!
By the way, you new pic is very nice! Handsome man! :)
Big big kiss for you, darling!
Cada vez eres más sorprendente, a la vez que más impoluta en tus creaciones.
ResponderEliminarBuenísimo amiga. Hay situaciones que se escapan a nuestro control y que acaban salvándonos el pellejo.
Besos
Quien a yerro mata a yerro termina...
ResponderEliminarMuy bueno Bee.
Saludos.
ANA:
ResponderEliminarHola Anita! Acabo de estar en tu casa y vengo con una sonrisa de placer! Gracias por tus palabras!
Muchos cariños para tí!
JOSé LUIS:
Qué buena frase Bro! Te estuve leyendo! Ardua la recorrida que emprendieron con tus compañeros! Pero sin duda fenomenal!
Abrazo, amigo!
Me sorprendió tu relato,como siempre magnífico.
ResponderEliminarCuídate un mundo.
PODEROSA MORGANA:
ResponderEliminarGracias por pasar Mor y también por seguir la historia del Clan. Yo sé que siempre estás ahí!
Besos sanadores, reina!
Este texto me recuerda al dicho de: si quieres saber cómo es un hombre, fíjate en cómo trata a sus inferiores y no a sus iguales. Me parece que Salvatore trataba igual de mal a ambos jaja. Genial texto Bee, al ver la mosca en la sopa me imaginé el típico chiste, pero tu texto tiene un giro magnífico! Un besote!
ResponderEliminarMISS BITTERSWEET:
ResponderEliminarEs verdad Miss! En esas reacciones se reconoce la clase de persona que uno es!
Gracias por leer y estar siempre!
Un abrazo gigante!