Debo confesar que nunca fui afecta a las ceremonias religiosas.
Y sin lugar a dudas el sopor más insoportable me lo provocaba la Misa de los Domingos.
La tragedia comenzaba en casa. Como mi madre ya estaba resignada al acérrimo ateísmo practicado por mi padre, depositaba todas sus esperanzas religiosas en su pequeño retoño. Es decir YO.
Después de intentar levantarme de la cama de cien maneras diferentes, los nervios de mi progenitora le jugaban una mala pasada, y me sacaba de mi cuarto literalmente de los pelos.
Apesar de mi enconada resistencia, lograba vestirme de punta en blanco y me peinaba con una cola de caballo prolija y tirante, que dejaba a mis ojos tan estirados como si fuera la hija del embajador de la China.
La caminata hasta la iglesia era otro castigo divino. Mientras mi madre avanzaba y conversaba con sus amigas, yo me quedaba cada vez más rezagada con la remota esperanza de que me secuestrara el monstruo de la laguna verde y de ese modo esquivar la asistencia a la misa dominical.
Los años fueron pasando y mis hormonas preadolescentes se dispararon como por arte de magia. Aunque había desarrollado una lengua muy filosa, en las cosas del amor, la timidez me jugaba una mala pasada.
El hermano mayor de una de mis compañeras de colegio me provocaba una sensación difícil de explicar. Cuando Pablo ingresaba junto con su familia por la puerta principal de la iglesia, el corazón me latía cada vez más fuerte y las manos me empezaban a sudar.
Los domingos transcurrían y yo seguía igual. Mi amiga Silvina, enterada de mi desvelo, una tarde de sábado me dijo:
-Tengo una idea que no puede fallar.
La miré con los ojos entornados y con la desconfianza pintada en la cara. Ella me reveló su plan.
-Una vez que te ubicás al lado de Pablo, esperás que el padre Juan de la orden. Ahí nomás lo saludás y le das “el beso de la paz.”
¡Yo no lo podía creer! La idea era genial. Tenía la excusa perfecta para besar a Pablo y no dejar expuesto mi infantil enamoramiento.
La noche anterior no pude pegar un ojo.
Finalmente el gran día llegó. A mi madre casi le da un soponcio cuando me encontró, a las 7.30 de la mañana, vestida, peina, perfumada y lista para ir a misa.
Al llegar a la iglesia, nos ubicamos en nuestros lugares y tal como estaba planeado, en cuanto la familia de Pablo hizo su aparición, yo disimuladamente, me fui corriendo de posición.
Mientras el padre Juan arengaba a los feligreses, tomé coraje y avancé hacia mi objetivo final.
Me ubiqué junto a Pablo sin levantar la mirada. Las mejillas me ardían y el corazón me galopaba de manera alocada. Con el rabillo del ojo podía vislumbrar el brazo delgado y bronceado de mi galán. Inspiré profundamente y traté de escuchar la voz del sacerdote que iba a hacer realidad mi sueño. Las palabras brotaron como agua de manantial.
-¡Daros fraternalmente la paz!
Cerré los párpados y con premeditada lentitud fui girando hacia la izquierda tratando de disfrutar cada segundo de lo que en instantes iba a suceder. Abrí los ojos y sentí que el suelo se abría a mis pies. Justo cuando fruncía los labios para besar a mi amado, en vez de encontrar la cara maravillosa de Pablo, el rostro libidinoso del viejo Aníbal me sonreía con su boca babosa y desdentada.
Aníbal era el viejo verde del barrio, que para colmo de males le gustaba beber ginebra hasta desmayarse. No tuve tiempo de esquivarlo. Me sujetó con fuerza de los hombros y me plantó
un furibundo beso en la mejilla.
-¡La paz sea contigo, bomboncito! -dijo con voz socarrona.
Mientras yo lo miraba con la mandíbula desencajada, el viejo mañoso guiñándome un ojo, agregó entre risas:
-”El beso de la paz” es mi parte favorita de las misas…
Arghhhhhhhhhhhhh,pero que hombre más asqueroso...¿Cómo hizo para ponerse en el lugar de Pablo?Desde luego no irías más a la iglesia,me supongo,ja,ja,ja.
ResponderEliminarMuy bueno poeta.
Besos.
JAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarQue viejo suciooo!!!
jajajajaja
yo lo besaba y le sacaba los dientes de un mordiscooo!!
jajajajaja
MUY BUENO, GENIAA!!!
Un abrazo grande amiga
Querida Bee...no sabes lo divertida que me ha resultado la situación que relatas, porque algo parecido me pasó a mí, pero en otro contexto (ya te contaré algún día)
ResponderEliminarComo siempre, tu narrativa es dinámica, fresca y cercana, y nos haces disfrutar con tus historias cercanas.
Gracias también por tu enorme dulzura, por las palabras que regalas en tus comentarios, que hacen que una se sienta "hasta más importante".
Besos, querida amiga.
PODEROSA MORGANA:
ResponderEliminarViejo verde!!! Volví a misa 10 años más tarde y porque se casaba la hermana de una de mis mejores amigas. Que si no...
Besos sanadores, mi linda Morgana!
ESCARCHA:
De buena gana le hubiera arrancado los dientes, viejo desgraciado!
Y yo toda ilusionada con besarle la mejilla a li príncipe!!!
Un abrazotote, mi morocha preferida!
ANA:
Uyyyy Anita! Por favor, quiero conocer tu anécdota!
Gracias por tus palabras y mis comments en tu casa, son producto de la admiración y el cariño que te tengo.
Te envío un beso enormísimo, amiga!
Ja,ja,ja,ja, te voy comentando mientras lo leo, porque según empiezo ya me estoy riendo y es fantástico ver como se me va levantando el alma.
ResponderEliminarJa,ja,ja, .....conozco ese levantar por los pelos, mi madre era experta en ese deporte, ja,ja,ja......y las coletas, ja,ja,ja, sobre todo para ir al colegio,ja,ja,ja, igual si nos miramos a los ojos somos hermanas gemelas,ja,ja,ja (por lo de los ojos achinados,je,je).
Al monstruo lo siento pero no lo conocí, yo creo que se me iba la luna mirando mariposas....
Ja,ja,ja,ja hay que ver las cosas que se hacen por amor, ¿7:30 un domingo? NI MUERTA!!!
Ja,ja,ja,ja,ja,ja ,ja,ja,ja, no puedo,ja,jaja, me muero si tengo que besarlo, antes me voy al infierno, ja,jaja,ja.
BEE: Qué decirte a ti AVE FENIX de esa tierra que me está llamando, ja,ja,ja. He de empezar a sacar cubos de agua de este inmenso océano para acortarlo, así rema que rema, palazo a palazo nos iremos acercando. ¿Te imaginas? Escarcha, Bee y Mimosa?? Arde Troya!!! Y yo, y yo !!!!(respuesta a tu comentario)
Besos preciosa!! (aún sigo pensando tu mote,je,je)
Me matás de la risa con tus palabras, Mimi!!! Y viste, que no interesa cuan lejos nos hallemos? Hay situaciones que inevitablemente nos hermanan. De "niña china" a niña china"
ResponderEliminarPor Dios, como nos estiraban el cabello!!!!! JAJAJAJA!!!
Oye, quedate tranquila que desde aquí comenzaremos a quitar agua para que nos acerquemos más rápido!
Besazos, Mimicha querida! :D
Bueno, tal vez sin ser un viejo desdentado y borracho, yo también te habría dado un beso de la paz...
ResponderEliminarPerdón, se me escapó, no quise decir lo que dije. O algo así.
Un beso de la paz.
C U soon, my dearest.
HD
JAJAJA!!!
ResponderEliminarLejos estás de ser viejo y desdentado!
You are so sweet my dear H!
Two Peace`s kisses for you! :D
See you so soon! I hope so!
Al que madruga Dios lo sepulta en baba. Una lástima el fracaso del plan....tanta adrenalina.....
ResponderEliminarHoy estarás triste y yo muy contento pero así son estas cuestiones, jaja.
Un beso!! Y otro faltando unos segundos.!
¡Asco!
ResponderEliminarYo me hubiera limpiado con agua bendita para que no me saliera sarna jeje.
Besos Bee.
DANY:
ResponderEliminarComo buena perdedora y aunque aún no se me deshinchó la vena de la bronca, ahí va:
FELICITACIONES, Cuervín!
Te acepto los dos besos (grrrr) y te mando uno azul y blanco.
Porque como decía mi abuelita:
"Una cambia de religión, de pareja, de costumbres, pero de equipo de fútbol NUNCA" :D
LA MALQUERIDA:
Jajajaja!!! Excelente idea linda Florª Agua bendita para espantar al viejo verde!
Amiga, leí tu post del día mundial de la Paz. Muy buen texto, mujer!
Más tarde intento dejarte comment en tu blog (antes no pude xq se me colgó la pc):(
Besos miles, reina!
Si no me equivoco ambos tenemos formación en escuelas religiosas...la parte inicial me hace sentir totalmente identificado con esa resistencia creada por la obligatoriedad (para eludir el "pecado mortal" de faltar)y por tener que escuchar, sin entender, la misa en latín (y...en aquella época era así...) Muy bueno Bee, un abrazo.
ResponderEliminarPEREGRINO:
ResponderEliminarNi lo dudes, Osvaldo! Educación católica, apostólica y romana.
Guaauuuu!!! Demasiada improta para cuando uno es chico, no? :)
Gracias por pasar, amigo!
Un saludo enorme!
P/D: En mi caso zafé del latín... Lo tuyo si fue heroico!
jajajajajaajaja últimamente tus historias siempre me sacan una sonrisa, Bee! Aquí se da la mano, y seguro que con el viejo verde ella lo habría preferido jaja. Un besazo!
ResponderEliminarQué bueno eso de darse la mano, Miss!!! Te aseguro que no hubiese sido una experiencia tan asqueosa! Puaj!!!! :(
ResponderEliminarBesos milady!
P/D: Me voy ya para tu blog!!!