Sin duda tenía una impronta militar. Ejercía su don de mando con absoluta naturalidad.
Con el tiempo fue perfeccionando su conducta y las consecuencias de dicho progreso recaían
de manera lógica sobre las espaldas de los subalternos.
Con puntualidad prusiana, se levantaba todas las mañanas y marcaba con severidad el comienzo de las actividades. Verificaba que todos estuviesen aseados, vestidos y listos para la acción. Los más jóvenes pocas veces se revelaban, sin embargo parte de la tropa muchas veces intentaba cuestionar sus decisiones.
El horario de las comidas era respetado a rajatabla, así como cada una de las responsabilidades que tenía cada individuo del pelotón.
Nunca se permitía una sonrisa. Era imprescindible mantener la concentración y la disciplina.
Y pensar que su familia nunca había confiado en su capacidad organizativa.
La madre le había augurado un fracaso absoluto, endilgándole una supuesta falta de sensibilidad para establecer vínculos con el prójimo.
Ni mencionar al padre. Hombre severo y cruel, que no vacilaba en utilizar los azotes en caso de considerarlos necesarios.
En fin, mejor no revolver en el pasado…
Todos iban a marchar como pretendía. La experiencia le había enseñado que esa era la mejor forma de educarse y sobrevivir. Por esa razón hacía oídos sordos a la súplicas y algún que otro llanto desconsolado. Debían aprender y su misión era enseñarles.
Sentía plena satisfacción, pues sabía que aún en su ausencia, todo continuaba sobre rieles.
Aquel día regresó un poco más tarde. Las luces de las ventanas estaban a oscuras y un silencio de muerte abrazaba el lugar. Algo extraño estaba sucediendo. A esa hora, parte de la tropa debía estar cumpliendo con las tareas educativas y el resto ocupándose de la limpieza y el orden.
Ni siquiera Sam, el perro del pelotón, corrió a su encuentro.
Las sienes comenzaron a sudarle y por primera vez en su vida, experimentó una sensación de miedo real. Ingresó por la puerta principal y encendió la luz de la entrada.
Una pequeña hoja de papel descansaba solitaria en medio de la estancia.
“El abogado te va a entregar los papeles del divorcio la semana que viene.
Por el momento los chicos no quieren hablarte. Están demasiado angustiados.
Ellos pensaban que algún día ibas a cambiar.
Realmente es una pena, Clara.
Sin embargo, no te preocupes por nada, estoy seguro que vamos a estar bien.
En unos días hablamos.
Fernando.-
P/D: Sam está con nosotros”
hasta el perro se llevaron!!!
ResponderEliminarme dejaste pensando, tu cuento puede ser traducido sin ningún inconveniente a la realidad. Hoy en día no escasean las mujeres que tratan a sus hijos como subalternos olvidando que se los debe amar y respetar.
muy buen texto amiga!!!
un abrazo grande
Hola morocha!!!
ResponderEliminarNi lo dudes, Diana! Estabamos en el shopping y presenciamos una escena que me inspiró este relato. Me dio lástima ajena. Pensé en esa "familia" y bueh... Acá está el resultado.
Besos miles y buena semana,diosa!
... y viceversa.
ResponderEliminarSaludos Bee, paso poco tiempo delante del pc últimamente. El break del café y Tony Bennet me encantó, cuando llegué el frío y la lluvia golpeé en los cristales lo pondré en práctica sin ninguna duda. Un abrazo.
Tremendo, Bee.. yo he conocido a alguna de estas madres, y siempre doy gracias por la suerte que he tenido con la mía. Es una pena que haya mujeres que tengan hijos para tratarlos como a inferiores. Un beso fuerte!
ResponderEliminarJOSé LUIS:
ResponderEliminarAyyy hombre! Yo haría lo mismo que tú (con respecto a la pc) de tener la posibilidad de visitar esos lugares tan bellos que recorres!
JAJAJA!!! La opción "Tony Bennet" es ideal, no?
Besos bluseros!
MISS BITTERSWEET:
Hola amiga! Has visto? Y uno que piensa que todas las familias son contenedoras y amorosas... Cuando creces te das cuenta que -lamentablemente- no siempre es así.
Besos miles, milady!
Hay que ver lo que nos marca nuestra infancia, que no siendo conscientes de ello lo arrastramos a la cotidianidad, llevándonos por delante todo aquello que a bien quisimos formar.
ResponderEliminarMe recordaste hace años en unos almacenes, estando de compras, vi como un pequeñín (no tendría más de dos años)cogía una perreta y no dejaba de llorar, y su mamá, en vez de amarlo, se lió a darle tortas como una endemoniada, no pude soportarlo y corrí hasta ella y le agarré la mano y la miré fijamente a los ojos, ella salió huyendo sin mediar palabra.
Es terrible esta historia, porque desgraciadamente son historias que se repiten a diario. Nos has hecho reflexionar querida. Y mucho!!!
Besos linda!!
Chispas, hasta que se rebelaron y decidieron poner fin a un régimen sin amor ni cariño, mal plan.
ResponderEliminarSaludos Bee.
MIMOSA:
ResponderEliminarHola Mimi! Lo que me cuentas (y como le decía a Escarcha) es muy parecido a algo que me sucedió en el shopping. Fue una situación horrible, porque me hizo pensar que esos chicos están condenados a soportar a esa enferma que se supone es la madre.
Yo sé que soy muy dura, pero estoy convencida de que hay personas que no deberían poder engendrar niños.
Besos a montones, Mimicha!
LA MALQUERIDA:
Ojalá muchos pudieran tener la oportunidad de alejarse de "crianzas" tan nocivas.
Por otra parte, te vuelvo a felicitar por el nacimiento de Natalia! Ella si va a gozar del amor de una familia bonita!
Un abrazo enorme, abuela Flor!
Es triste y lamentable poder comprobar que situaciones como la que viviste son mucho más comunes que lo que uno suele suponer...¡Muy bien logrado, me gustó mucho!!! Abrazo virtual!
ResponderEliminarMe hiciste caer... esto es, cuando vi la foto y leí las primeras palabras, imaginé que tu personaje sería masculino, pero no. Tuve que reacomodar mi cabeza para volver a la lectura y ver cómo podías retratar y ser crítica de ciertos especímenes de tu género que dejan todo que desear.
ResponderEliminarMuy buen texto, parece que estás muy metida el la psique de la gente, allí hay mucha tela para cortar.
Qué puedo decirte... Infinitas gracias por tu apoyo en este día tan raro para mí, puedo asegurarte que ya nada de lo que haga o diga el anónimo puede afectarme. Que siga su recorrida insana por los blogs. ¿Sabés que fue lo más gracioso? La discusión metió 500 visitas y me dejó 4 seguidores más... parece que el escándalo paga. Ya hablaremos con Rial. Je.
A big kiss for you, my dearest!
HD
PEREGRINO:
ResponderEliminarCómo va, amigo!
Realmente no entiendo cómo pretendemos generaciones más sanas y misericordiosas, si se crían en hogares despóticos e insensibles.
Gracias por estar siempre!
Otro abrazo virtual para vos!
HUMBERTO:
Thanks a lot for your comment, my dear! Aprecio mucho tus palabras.
Me dejaste pensando con el tema de la "onda escándalo" y de sus beneficios evidentes...
Que no te sorprenda, que en mi próximo post publique alguna foto mía ligera de ropa. Total después afirmo con cara de poker:
"Lo hice por mis hijos. Además es un desnudo artístico"
Jejeje!!!
Big kiss dear H!